Lina decidió confiar su gata a su madre durante un viaje de negocios, que duraría un mes.
Lina, que es artista, confió a Simbad, su gato de raza abisinio, a su madre, que vive en Praga.
Para que su gato se acostumbrara a este cambio, la joven fue quince días antes de su partida a casa de su madre para que el felino se acostumbrara a su nuevo hogar.
+1,2 kilos en la báscula
Sabía que su felino estaría en buenas manos porque su madre adoraba a los animales. Pero lo que no sospechaba es que su madre cuidase "demasiado bien" de su gato.
La artista se enteró de que, durante su ausencia, su gato pudo disfrutar de dos latas de paté, con pienso a libre disposición durante todos los días que duró el viaje de negocios. Un régimen alimenticio muy alejado de sus hábitos.
Al principio de su estancia en casa de la "abuela", Simbad pesaba 5,5 kg. A su regreso, el gato pesaba alrededor de 6,7 kg.