Tras buscar por toda la casa un tenedor perdido, los padres de Dustin -un hermoso Golden Retriever- salieron corriendo hacia la sala de urgencias veterinarias de su ciudad por razones de seguridad. Al principio, se negaban a creer que su perro pudiese comer el tenedor, pero... se equivocaron.
Nadie es capaz de resolver el misterio de por qué Dustin, un cachorro que entonces tenía 5 meses de edad, aprovechó un despiste de sus papás para tragarse un tenedor mientras estos cenaban. Según el testimonio de sus padres, se levantaron un momento y cuando volvieron no había ni raviolis ni tenedor.
Ni raviolis, ni tenedor
Cuando Elise Pitt volvió a la mesa, a tenor de sus palabras, se percató de que no quedaban raviolis ni tampoco el tenedor que habían dejado sobre la mesa. ''Tuvimos que reflexionar si se había comido el tenedor o no, todo el plato estaba en el suelo", asegura la mamá de Dustin.
En cuanto a la comida, no había lugar a dudas, los raviolis habían desaparecido del plato. Pero del tenedor ni rastro: ni en la mesa, ni en el suelo, ni siquiera en su boca... ¿Dónde estaba?
Por lo tanto, y como medida de seguridad, decidieron llevar al cachorro al veterinario para salir de dudas. ¡Ay, menos mal que tomaron esa decisión!
¿Dónde estaba el tenedor?
Efectivamente, los veterinarios del centro de urgencias para animales de Adélaïde (Australia) descubrieron, tras hacerle una radiografía al perro, dónde estaba el tenedor. ¡El utensilio de cocina estaba en el estómago del animal! Sin tiempo que perder, los doctores extrajeron el tenedor del vientre de Dustin mediante una endoscopia.
⚠ Atención, estas imágenes pueden herir tu sensibilidad ⚠
El centro veterinario ha compartido en su página de Facebook las imágenes de la intervención que le hicieron al perro (puedes verlas sobre estas líneas) junto al siguiente comentario: ''Imagina recibir la siguiente llamada: "¡Creo que mi perro se ha comido un tenedor! ¿Un tenedor, dices? ¿Lo hizo? ¿Estás seguro? ¿Es de plástico? ¿O de metal? ¿Un tenedor de bebé? ¿O un gran Maxwell Williams que sus suegros compraron como regalo de bodas?''.
La buena noticia es que la hazaña del Golden Retriever más glotón de Australia no pasó a mayores y el perrito se encuentra en perfecto estado de salud. Aunque su operación no le ha hecho escarmentar, puesto que el cachorro sigue llevándose a la boca cualquier cosa que se cruza en su camino, según cuentan sus padres.
Esperamos que la próxima vez coma una dulce golosina para perros o un hueso y se olvide de lo exquisitos que están los utensilios de cocina.