Jen Costa, una mujer de 38 años habitante de Queens, quedó devastada cuando su bulldog inglés (llamado Azzurra Diamante) desapareció en una gasolinera del condado de Nassau, Long Island, en 2016.
En el momento de la desaparición del perro, Costa no estaba pasando por un periodo fácil. La mujer estaba recibiendo un tratamiento para curar un cáncer de lengua con el que llevaba un tiempo luchando.
Por si la lucha contra la enfermedad fuera poco, la vida le dio otro duro golpe cuando le arrebató a su perro. ''Un callejón sin salida. Conduje durante mucho tiempo con la esperanza de encontrarlo, llamé a la policía, a los refugios de animales de la zona, al veterinario... '', aseguró Costa en unas declaraciones publicadas en el Daily Mail.
Años después, ocurrió un milagro
Años más tarde, concretamente en octubre de 2022, un desconocido encontró al perro en Henderson (Tennessee). A más de 1.000 millas (1.600 kilómetros) de donde desapareció el animal tiempo atrás.
Tras escanear al microchip del perro, el personal del centro de control de animales de Henderson se puso en contacto con Costa para informarle que habían encontrado a Azzurra Diamante.
''Me quedé boquiabierta al conocer la noticia'', aseguró la mujer.
A lo que añadió: ''El otro día estaba sentada y recibí un correo electrónico que decía: "Su mascota ha sido encontrada... Pensé que era un error. Fue una emoción confusa".
El reencuentro con Azzurra Diamante
Costa y su pareja viajaron miles de kilómetros para encontrarse con el bulldog inglés. ''El reencuentro fue de película. Es como si ella continuara justo donde la dejé hace años. Se puso de pie en el asiento delantero y estaba lista para salir, como solía hacerlo...", subrayó emocionada la propietaria.
La perra venía con sorpresa
Una noche, poco después de que la perra regresase a su hogar, el comportamiento de Azzurra no era normal. ''Empezó a jadear y a estar inquieta, saltando dentro y fuera de la cama'', aseguró Costa mientras señaló que se dio cuenta de que su perra sangraba y decidió llamar al veterinario.
A la mañana siguiente, mientras Costa conducía hacia el veterinario comprobó que Azzurra lamía a un cachorro. ''Metí la mano para ver qué era -las luces estaban apagadas, así que no podía ver nada- y cuando lo toqué, estaba mojado y se movía. Así que grité'', contó la mujer.
El cachorro fue bautizado con el nombre de Miracle (Milagro). Además, Costa se dio cuenta de que el perro se parecía a su perro Bruno, que murió el año pasado, lo que, según ella, no puede ser una coincidencia.
No obstante, la vida no se lo está poniendo fácil a Costa. La mujer está viviendo en casa de unos familiares y no puede llevar perros a casa. Por lo tanto, esta superviviente está intentando recaudar dinero a través de una página de GoFundMe, para poder permitirse un alojamiento y quedarse con la madre y el cachorro.
Jen, que ha vivido de las ayudas por discapacidad tras sufrir varios problemas de salud, incluido el cáncer, quiere conseguir fondos que le permitan cuidar de sus amados animales y ser una mujer independiente.
''Quiero desesperadamente tenerla (a Miracle) conmigo, porque sé que Dios no me la devolvió sin motivo", dijo Costa.