El vídeo en cuestión fue grabado en la localidad de Huntsville, una ciudad al norte de Alabama, donde reside el joven Rambo, un perro que espera cada día impaciente al camión de los helados para degustar los nuevos granizados de su amigo.
"Este perro siempre viene a pedirme nada más que me ve", comenta muy sonriente el hombre de los helados.
Una pasión helada
Todo comenzó un buen día en el que el perro escuchó la música del camión de hielo por primera vez.
Aquel día, Rambo estaba en casa y se subió incluso a la ventana para ver llegar al vehículo.
Por ello, decidió sacarlo a la calle y lo acompañó hasta la camioneta para que conociese al vendedor de helados.
El vendedor, muy simpático, se encontró por primera vez con un consumidor canino, por lo que le despachó con una sonrisa y le regaló un helado.
Rambo lo devoró al instante. Desde entonces, puede decirse que el perro está totalmente obsesionado con ese camión... ¡Y con sus helados!
Ahora, cada vez que escucha que se acerca el camión, Rambo comienza a correr en todas direcciones por su casa para que le dejen salir a recibir a su vendedor favorito, que siempre le obsequia con un regalo.