A medio camino entre Noruega y el Polo Norte se encuentra un grupo de islas que está envuelto en mitos, se llama Svalbard.
Svalbard es un archipiélago situado en el mar Glacial Ártico, al norte del continente europeo, y forma parte del Reino de Noruega.
Aquí solo habitan poco más de 2,000 residentes. Entre algunas curiosidades de Svalbard se encuentra que nadie puede ser enterrado en la isla y que tiene en su territorio un depósito de semillas de todas las plantas alimenticias del mundo.
Sin embargo, lo más sorprendente de Svalbard es que LOS GATOS ESTÁN PROHIBIDOS.
¿Por qué están prohibidos los gatos en Svalbard?
En Svalbard hay muchos perros de trabajo, pero los gatos son considerados una especie invasora que destruye el medio ambiente.
Una ley de 1992 prohíbe que los gatos vivan en el archipiélago. En el momento de implementar la ley, las autoridades creían que era muy peligroso que los gatos vivieran en las islas, ya que temían la propagación de la rabia y la equinococosis quística presentes en zorros y roedores en la región.
En los últimos años, los gatos también suponen una amenaza para algunas especies de aves, lo que imposibilita su importación.
Aunque los gatos están prohibidos en Svalbard, hay una excepción: Kesha, una gata roja que llegó a la ciudad de Barentsburg.
Según los habitantes, los propietarios originales declararon que el gato era un zorro polar, por lo que las autoridades no realizaron un control exhaustivo. Sin embargo, aún sabiendo que se trata de un animal prohibido en la isla, nadie reclamó por su presencia.
Kesha, la única gata que vive en Svalbard
No se sabe con certeza quién llevó a Kesha al archipiélago. El residente local Denis Yurison, en una entrevista con el portal en línea AltaPress, dijo que unos pobladores de origen ruso llevaron al gato en secreto en la década de 2000, habiéndolo registrado como un zorro polar.
Kesha pasa casi todo el tiempo en la calle, donde los lugareños y los turistas le dan de comer. Pero según Olga Kostrova, que organiza recorridos por el archipiélago, Kesha tiene un dueño permanente.
En 2022, Kesha cumplirá 14 años, dice Yulia Litvinova, residente local de Spitsbergen, pero sigue siendo muy activa.
Hoy se rumorea que Kesha ya no es la única gata del archipiélago; en julio de 2020, los turistas fotografiaron a un gato muy similar a Kesha, pero con un tono de pelaje ligeramente diferente.
Yulia dice que ella también ha comenzado a notar otros gatos en la isla, pero Kesha sigue siendo la más popular.
“Kesha me hace feliz [cuando aparece] a la hora del almuerzo. Ahora ha perdido mucho pelo, tiene bolas de pelo y le lloran los ojos. Pero sigue siendo una de las principales atracciones de Barentsburg. Según la leyenda, si acaricias a Kesha y pides un deseo, seguramente se hará realidad”, dice Litvinova.
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