Cuando se dice que tener un perro es una responsabilidad, es porque lo es con todas las letras. Más allá de cuidados habituales o paseos diarios, el hecho de que a tu perro le ocurra algo, la mayoría de las veces se escapa de tu control.
El chihuahua de esta historia comenzó a cojear un poco y algo le debía molestar realmente porque "no te dejaba tocarlo", actitud que no comprendía la familia cuando se trata de un perro "muy dulce y juguetón".
No podían ni tocar al chihuahua
Aparentemente, más allá de esa leve cojera, el chihuahua parecía estar bien. Sin embargo, observando ese cambio de carácter, la familia le llevó al veterinario. Y por fin descubrieron qué sucedía.
El chihuahua tenía una "goma incrustada en la pata delantera y no era visible a menos que realmente miraras debajo de la piel", explica I Love Veterinary Medicine en su perfil de Facebook sobre este caso.
Es decir, en esta ocasión era importante examinar al perro más allá de su pelaje, que es lo que se ve en un inicio, en lo que se fijaría cualquiera incluso al palpar con las manos.
Aunque parecía que la goma llevaba ahí un tiempo, la intervención quirúrgica se resolvió con éxito y el chihuahua recuperó la movilidad completa de su pata.