Dva es una pequeña gatita blanca de apenas 3 años, y si has mirado su foto, probablemente notaste cierta peculiaridad en su rostro. Cuando leas su historia lo entenderás todo.
Como la de otros muchos gatos, la vida de esta hermosa gata empezó en la calle, así que tuvo que aprender ella sola a buscar comida y evitar peligros.
Un día, Dva empezó a visitar el jardín de una señora, quien tenía otros gatos. Al no estar esterilizada, terminó engendrando una numerosa camada condenada a llevar la misma vida de miseria que ella.
Aunque en casa de la señora, que hacía lo que podía, estaban a salvo, los animales no estaban lo suficientemente atendidos.
Una mancha aparece
Como era difícil acercarse a la gata, la señora no estaba muy segura de qué era una mancha que apareció en la oreja de Dva, así que llamó a una asociación para pedirles consejo.
Contactó con el refugio Regroupement Des Chats Perdus, y al enviarles las fotos de la oreja, no hubo lugar a dudas: tenía un problema que carcome a muchos gatos blancos o de color claro, una célula escamosa: carcinoma.
Los gatos blancos o pálidos, con una adorable piel rosada, en realidad no tienen suficiente melanina para protegerse naturalmente de los rayos del sol. De hecho, tienen 13 veces más riesgo de desarrollar esta patología que otros gatos.
Por esta razón, siempre se aconseja a los propietarios de gatos de color claro que les pongan la protección solar adecuada en los días más soleados, tanto si están expuestos al aire libre como a través de ventanas.
Le amputan las orejas a la gata
El refugio, que se hizo cargo del animal hace unos meses, la llevó a un veterinario. Allí, las peores sospechas se confirmaron, y la gata tuvo que deshacerse de sus dos orejas, que ya estaban afectadas.
Esta operación ha cambiado la vida de Dva por completo. Poco a poco, el refugio ha ido descubriendo que no es una gata feral. De hecho, es bastante cariñosa y le encanta recibir visitas.
Ahora, Dva busca de una familia que la adopte. Obviamente, no puede volver a ser una gata callejera expuesta a las inclemencias del tiempo y a las infecciones externas sin dos orejas que la protejan.
De momento, vive en el refugio del Regroupement Des Chats Perdus en Yerres, al sureste de París, y por fin está esterilizada, vacunada y lista para ser amada.
Esperemos que Dva encuentre rápidamente una familia.
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