Carmela sufrió tanto que sus ojos parecen los de una perra abuela, cuando en realidad tiene siete años de edad. El cansancio y las heridas que le provocaron el vivir en el completo abandono, pasando hambre, frío, sed, calor… todo ese dolor queda reflejado en su rostro.
Ahora esta mastina está a salvo en Córdoba, aunque todavía le falta algo esencial para sanar tanta amargura. De hecho, es una perra "un poco desconfiada con los humanos... será por sus experiencias pasadas", afirma quien hace ahora por encontrarle un hogar.
Hay que devolverle la confianza
A pesar de esa desconfianza, de Carmela dicen que es una perra muy tranquila y serena. "Estamos convencidos que si alguien le da la oportunidad de conocer lo que es recibir cariño cada día... ella devolverá toda la bondad y el amor que tiene para dar".
Carmela lleva demasiado sufrido en sus siete años de vida y merece descansar y ser feliz con una familia que la quiera de verdad.
Si alguna persona está interesada en saber más de ella o en adoptarla, pulsa sobre la foto de abajo para contactar:
Mucha suerte, grandullona 💗.