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Caritina Goyanes, junto a sus hijos y marido.

© IG @carigoyanes

La familia deshecha de Cari Goyanes: su marido Antonio Matos, sus dos hijos y sus dos perros

Por Lola Duarte Periodista

Publicado el

19 días después de la muerte de su padre, Marbella vuelve a estar de luto con la muerte de Caritina Goyanes. 

"Las trágicas últimas horas de Caritina Goyanes", así titula la revista Lecturas la noticia sobre la muerte la hija de Carlos Goyanes, que perdía la vida a los 46 años víctima de un infarto mientras se encontraba en su casa de Marbella y 19 días después del fallecimiento de su padre. 

Repentina muerte de Caritina Goyanes

Marbella y toda la familia Goyanes está destrozada ante la repentina pérdida de Caritina Goyanes. La hija del ya desaparecido Carlos Goyanes y Cari Lapique llevaba unos días encontrándose mareada. 

En vídeo:

Este lunes 26 de agosto cuando estaba en la piscina, Caritina empeoró, tuvo que ser trasladada al hospital de Estepona y una vez allí, los médicos no pudieron hacer nada para reanimarla y su vida se apagaba. 

Amor por sus hijos y perros

La hija mayor de Carlos Goyanes deja a sus 46 años a su marido, Antonio Matos, sus dos hijos y sus dos perros desolados, considerados sus dos sabuesos también miembros de la familia.

Vínculo entre sus hijos y los perros

"En casa creemos que es importantísimo que crezcan rodeados de animales y ¡aprendan a quererles desde muy pequeños!", decía Caritina Goyanes en su perfil de Instagram en 2021. 

Y tras la primera perrita, llegó la segunda. "¡¡Bienvenida Birra!! ¡Qué ganas de conocerte! ¡Veo que Gin ya ha empezado a quererte!", escribía la propia Caritina Goyanes . 

A Caritina se le caía la baba viendo a sus hijos compartir tiempo con sus perros, "¡amor perruno!", exclamaba en estas imágenes en las que se ve a MiniCari compartir cama con Gin y darle un abrazo. 

Seguro que Caritina Goyanes lleva consigo el amor de sus hijos, perros y marido allá donde esté. Descanse en paz 🖤.

Importante: la interacción entre un niño y un perro puede ser una experiencia enriquecedora, llena de momentos de alegría y aprendizaje mutuo. Sin embargo, es fundamental recordar que no se debe dejar a un perro y a un niño solos sin la supervisión de un adulto. Esta es una regla de oro que garantiza la seguridad y el bienestar de ambos.

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