Diferentes países, diferentes costumbres. En España esperamos con ilusión a Papá Noel en la noche del 24 de diciembre y en Islandia, sin embargo, temen la llegada de un terrible gato negro.
El gato Yule: el felino de la Navidad
Desde pequeños, los niños islandeses escuchan la historia de Grýla, una ogresa malvada que vive en una cueva en las montañas con su marido, Leppaludi, su gato negro y sus 13 hijos, los Jólasveinar.
Estos últimos serían el equivalente a los elfos de Navidad, aunque no por buenos ni bonitos, precisamente.
Sus 13 hijos, todos ellos enanos, conocidos también como los 13 Papá Noel islandeses, se supone que también bajan para cometer todo tipo de travesuras durante esta época. La leyenda dice que pueden dejar regalos, hacer bromas e incluso robar a los niños, según se hayan portado durante el año.
Los niños de Islandia les esperan en 13 días diferentes, entre el 12 de diciembre y el 6 de enero.
El gato Yule o Jolakötturinn
Vayamos ahora con el gato negro. La primera evidencia escrita de la leyenda del gato navideño data del siglo XVIII, pero esta historia ciertamente se viene transmitiendo entre generaciones desde muchos años antes.
El horrible felino navideño, llamado Jólakötturinn, es el animal de compañía de la bruja-troll Grýla y se le espera solamente el día de Nochebuena.
Este gato Yule, de color negro, se describe como una bestia sin piedad, malhumorado y de enormes y afilados colmillos, muy digno de su propietaria.
Al parecer, el gato de Yule, de gran tradición en Islandia, era usada como amenaza por los granjeros en un intento de conseguir que sus trabajadores acabaran de procesar toda la lana obtenida durante el otoño antes de Navidad.
La historia de Jólakötturinn, por lo tanto, debe entenderse como una invitación a ser diligente y tener provisiones con tiempo para pasar el frío invierno en esta isla tan inhóspita.