Mientras Cheyenne echaba un vistazo a la sala de estar, sus ojos se fijaron en algo peculiar cerca de la cama de su perro, Sheldon. Parecía ser un mechón o nudo de pelo, que, a primera vista, no tenía nada de especial.
A Cheyenne, que describe a Sheldon como una "tormenta de pelo andante", está ya acostumbrada a encontrar bolas de pelo por toda la casa.
Bola de pelo en movimiento
Sin embargo, esa bola de pelo parecía diferente. Tenía una densidad inusual y, para su asombro, se movía.
Al acercarse un poco más, descubrió que el misterioso objeto era, en realidad, una rana arborícola. Su cuerpo suave y pegajoso se había enredado en el pelo mudado de Sheldon.
Cheyenne no tenía ni idea de cómo había entrado la rana en su casa, pero la pobre parecía bastante desconcertada.
Una rana de visita
El pelo le impedía saltar libremente, atrapada como estaba en la bola de pelo del perro. Compadecida por la difícil situación de la pequeña criatura, Cheyenne decidió echarle una mano.
Una vez que la rana recuperó su antiguo aspecto, Cheyenne se la presentó a su hija de 8 meses, que la ayudó a escoltar a la rana al exterior y a liberarla en un arroyo del jardín.
Enseguida, el anfibio se instaló bajo un hibisco.