Los trabajadores y voluntarios de la protectora tienen ya mucho recorrido: saben si un perro ha vivido en familia o ha sido siempre callejero.
En San Antonio, un perro llamado Coco llegó a la protectora de la ciudad.
El can se mostraba sociable y no dudaba en dejarse acariciar, algo que confirmaba que Coco había convivido con una familia.
Un anuncio que lo cambia todo
"Es un perro al que le echa de menos alguien y al que también se le echa de menos", explicó Lisa, responsable de relaciones públicas de los servicios de atención a los animales de la ciudad.
Y la táctica no falló. Una mujer reconoció inmediatamente al animal. Según reveló el medio The Dodo, Coco vivía con su hermano antes de que ella se hiciera cargo del cánido.
Los trabajadores supieron entonces que Coco, probablemente, se había escapado: "había cruzado una autopista muy transitada y se había dirigido a otro barrio, a varios kilómetros de distancia".
La cuidadora de Coco se puso en camino para recuperar al animal. Ese día, los voluntarios y trabajadores presentes no pudieron contener las lágrimas en el momento del reencuentro.