Son imágenes que conmueven: Darko, un imponente cane corso macho de color negro con adorables orejas caídas, yace acurrucado en su jaula. Su mirada está vacía, sin esperanza.
Antes, este gigante de 46 kilos era un animal lleno de vida; ahora, se ha convertido en una sombra de lo que fue. El refugio de animales de Múnich donde se encuentra ha querido dar la voz de alarma para que alguien consiga adoptarlo.
Una promesa extraordinaria
"Día a día se vuelve más silencioso, se aísla, apenas come", informan sus cuidadores.
Para darle a Darko una nueva oportunidad, el refugio de animales ha hecho una inusual promesa a los futuros adoptantes: quien le ofrezca un hogar definitivo a Darko recibirá apoyo financiero.
El refugio cubrirá por completo los gastos veterinarios, ya que Darko padece displasia de cadera. Sus dolores se alivian con medicación regular.
"Darko tiene mucho que ofrecer y merece por fin un hogar que realmente lo vea y lo entienda", escriben los cuidadores en Instagram.
Un corazón tierno bajo una fuerte coraza
Con sus 75 centímetros de altura, Darko resulta intimidante para muchas personas, pero quien se le acerca con paciencia, descubre rápidamente un carácter tranquilo y gentil.
En su día a día, el animal se muestra equilibrado y tranquilo. ¿Coches, bicicletas o corredores? No le molestan en absoluto. ¿Pasar varias horas solo en casa? Tampoco es un problema.
Solo hay un pequeño reto: los viajes en coche, aunque nada que no se solucione con un poco de paciencia.
Última esperanza de una nueva vida
Quien crea que la imponente apariencia de Darko sugiere un carácter agresivo, se equivoca. Al perro le encanta tumbarse al sol, observar, respirar. Todo lo que no sea estar detrás de las rejas de su jaula.
Los defensores de los animales apelan con urgencia: se está desmoronando, pero aún no es tarde para su adopción.