John Sabol afirma que a su perra, en realidad, no le gusta nadar. Lo que gusta especialmente es el efecto relajante del agua, y es que a Mayla le encanta descansar cerca de la piscina o del lago.
Cada vez que los cuidadores de Mayla se ponen sus trajes de baño, la perra corre hacia ellos con una pelota de tenis en la boca. Así les hace saber que está lista para ir al agua.
Con sueño, pero sin salir de la piscina
Normalmente, a Mayla se la suele ver saltando al agua tras la pelota y dando unas cuantas vueltas alrededor de ella, hasta que sale un momento después con el pelaje mojado y se tumba en las escaleras de la piscina.
Al despertar, la perra, de raza golden, se comporta como si nada hubiera pasado. ¡Su pasión por el agua puede con todo!
El vídeo que ha enamorado a miles
A continuación, puedes ver a Mayla quedándose "frita" en el agua: