Era una mañana gris en Rhode Island, Estados Unidos. Los trabajadores del Rhode Island Department of Transportation comenzaron la jornada retirando un árbol caído y limpiando la zona verde a lo largo de una carretera rural.
Pero, minutos después, los trabajadores se vieron envueltos en medio de una operación de rescate que tardarán en olvidar.
Un susurro entre la maleza
Mientras uno de los hombres serraba el árbol caído, un compañero notó un suave gemido proveniente de la espinosa maleza, a pocos metros del tronco.
Escondidos entre las espinas, yacían cuatro diminutos gatitos negros enredados entre espinas y ramas. No encontraron rastro de su madre por ninguna parte.
Cada movimiento cuenta
Los hombres, afortunadamente, contaban con guantes de trabajo y herramientas de poda, lo que les permitió cortar con cuidado las espinas para evitar herir a los pequeños felinos.
Uno de los trabajadores extendió su chaqueta en el suelo para poder transportar a los gatitos con la mayor precaución posible.
"Solo queríamos ponerlos a salvo", dijo más tarde Charles St. Martin, portavoz de RIDOT. "Nadie podía seguir trabajando después de verlos."
Esperanza de una vida mejor
Una vez liberados, los operarios contactaron con la autoridad local de protección animal. El equipo de Animal Control North Kingstown llegó poco después y puso a salvo a los debilitados gatitos.
Un final feliz
Hoy, los pequeños supervivientes se encuentran en el North Kingstown Animal Shelter. Todavía son demasiado jóvenes para ser adoptados, pero están creciendo rápidamente y pronto estarán listos para encontrar una familia definitiva.
"Están evolucionando de maravilla", ha confirmado St. Martin. "Aunque todavía necesiten unas semanas, ya es hora de que crezcan en un verdadero hogar."