Gracias a su atenta mirada, la mujer no pasó por alto una bolsa azul de Aldi medio oculta entre los arbustos de un aparcamiento forestal en Hildesheim, en Baja Sajonia, Alemania.
Al acercarse para comprobar qué era, no imaginó que ese gesto acabaría salvando varias vidas.
La bolsa de la compra estaba colocada sobre un pequeño transportín para animales, casi imperceptible. Al darse cuenta de que en su interior había algo vivo, la mujer reaccionó sin dudarlo y llevó al animal directamente a un refugio de animales.
Algo se mueve dentro de la bolsa
Ya en el refugio, los voluntarios abrieron con extremo cuidado la bolsa, que apenas superaba el tamaño de una caja de zapatos.
La falta de aire era alarmante. Solo unas pequeñas rejillas de ventilación permitían la entrada de oxígeno, algo especialmente peligroso teniendo en cuenta las altas temperaturas registradas en aquel mes de agosto.
Una familia que luchaba por sobrevivir
Cuando llegaron al refugio de Hildesheim, los gatos se encontraban en un estado muy delicado. Las crías estaban desnutridas, llenas de pulgas y cubiertas de restos de heces y orina.
Con apenas ocho o nueve semanas de vida, nada garantizaba que pudieran sobrevivir.
"Crees que ya lo has visto todo, pero este caso nos ha afectado especialmente", explicó la veterinaria del refugio, Anja Beschorner-Schulze, encargada de su recuperación.
El culpable, localizado
La protectora de animales de Hildesheim ofreció una recompensa de 750 euros para todo aquel que encontrase pistas que llevaran a localizar al responsable de este acto cruel.
En su página web, la asociación informó que se pudo identificar al culpable. La clínica veterinaria llevó al responsable a los tribunales.