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Te contamos todo sobre estos vigilantes del Más Allá

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Día de los Difuntos: ¿por qué a los gatos les gusta vivir en cementerios?

La redacción

Publicado el Actualizado el

Es una imagen muy característica la de visitar casi cualquier camposanto y encontrar mininos viviendo entre tumbas, nichos y entierros. Te explicamos por qué les atrae tanto...
 

Desde hace tiempo inmemorial los gatos forman parte de la iconografía de muchos cementerios del mundo. Ya sea el más modesto de cualquier pueblo de España o alguno tan famoso como Père Lachaise de París; ellos siempre están ahí, aunque tú no los veas en ocasiones.

La literatura y el cine también ha explotado la clásica fotografía del gato negro moviéndose sigiloso entre las tumbas. Sin embargo, ¿te has preguntado la razón por la que muchos gatos eligen los camposantos?

Sitios tranquilos y sin demasiados humanos (vivos)

Ya sea en el Día de Todos los Santos o en cualquier otra jornada anodina del año podrás verles. Y la razón por la que están es, sencillamente, porque son lugares tranquilos, demasiado tranquilos para los humanos que solemos permanecer el menor tiempo posible en ellos.

Los cementerios permiten a los gatos vivir a salvo de excesivas injerencias humanas ©Shutterstock

Pocos espacios más silenciosos, menos visitados (sus horarios para la población suelen ser limitados) y con más escondites que un cementerio. Visto así, si fueras un gato, ¿no te parecería un lugar ideal?

Mira estos ocho escondites gatunos que ¡te dejarán loco!

Viven gracias a la solidaridad

En muchos camposantos los gatos forman colonias controladas en la que las mayorías de sus miembros están esterilizados.

Por ejemplo, en el mencionado cementerio parisino o en otro también muy famoso, La Recoleta de Buenos Aires, hay asociaciones que se encargan de cuidarlos.

Durante el anterior confinamiento por la pandemia de coronavirus muchos voluntarios tuvieron que pedir permisos especiales para alimentar a los gatos de los cementerios. En Sevilla incluso se tuvo que activar una (exitosa) petición en Change para que el Ayuntamiento permitiera dar de comer a estos animales, que se llevaron ocho días encerrados y sin comida.

La vida en estos lugares también es difícil y dependen de los voluntarios que los cuidan ©Shutterstock

Por eso y aunque estemos acostumbrados a verles en estos sitios no debes nunca pensar que su vida allí es sencilla.

Pasan frío, calor, infinitas horas de soledad y dependen de la caridad de las buenas personas que los cuidan como pueden. En tu próxima visita a un cementerio acuérdate de ellos y llévales alguna golosina gatuna. ¡Te lo agradecerán!
 

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