Mientras los transeúntes caminaban por las calles de Troyes, Francia, escucharon unos gemidos provenientes de un garaje abandonado.
Desde la calle, se escuchaba el llanto de lo que parecía un animal, que podría estar encerrado en el interior del garaje del que provenían los ruidos.
Un descubrimiento atroz
Efectivamente, la policía, advertida por los vecinos, obtuvo los permisos necesarios para acceder al garaje y lo que encontró era estremecedor: un perro atado, rodeado de basura, sin luz y sin posibilidad de salir, explicaron fuente policiales.
El perro, un pastor belga, además, no tenía ni comida ni agua: ¡normal que llorase el pobrecito!
La policía se encargó enseguida de darle todo lo necesario para recuperarse; así como de buscar a la persona -si es que se le puede llamar así- que cometió este brutal acto de maltrato animal.