"¡Por favor, tenga cuidado con sus perros si ves algo así!". Esta era la advertencia que un usuario de Facebook alemán publicaba en febrero de 2022, acompañada de la foto que aparece más abajo.
Debido al riesgo que sigue suponiendo para nuestros peludos, hemos querido retomar dicha publicación dos años después. ¿De qué se trata?
La foto
Lo que se ve en la imagen es un nido viejo de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) que cayó de la copa de un árbol debido a una tormenta.
Si un perro huele, lame o come parte del nido, existe el riesgo de que se produzcan problemas de salud, ya que la procesionaria del pino es altamente urticante y puede costarle la vida al animal.
Una estructura natural muy peligrosa
La procesionaria del pino es una oruga que se encuentra en distintas variedades de pinos: pino laricio, canario, silvestre, piñonero, carrasca y otros. De hecho, la thaumetopoea pityocampa es la plaga más importante de los pinares del Mediterráneo.
Estos nidos suelen formarse a finales de invierno, aunque también se ven en enero y febrero. A la entrada de la primavera, los gusanos comienzan a bajar del pino para enterrarse en el suelo con el fin de transformarse en mariposas.
El problema viene de los nidos y de los pelos urticantes de estas pequeñas orugas, que son venenosos y provocan reacciones alérgicas en los seres humanos y en los perros.
Para más inri, la mayoría de los perros tienen la costumbre de olfatear todo lo que encuentran en su camino, por lo que no es muy complicado que se topen con un nido caído o con una colonia de orugas en fila india.
Por lo tanto, los tutores de perros deben prestar especial atención en esta época. Si descubres procesionarias o nidos mientras paseas, no permitas en ningún caso que tu perro se acerque a olfatear.