Los hechos ocurrieron en la noche del pasado miércoles 23 de marzo en el barrio de La Hérronière (Watermael-Boitsfort, Bélgica) mientras un chihuahua llamado Zazou paseaba con su dueña por un parque.
Sarah, así se llama la cuidadora del perro, y su hermana disfrutaban de un paseo junto a su mascota. Pero, en cuestión de segundos, el agradable plan se convirtió en una pesadilla. Ellas se pararon un corto instante, el tiempo suficiente para que el chihuahua desapareciese de su lado.
¡Y comenzó la pesadilla!
El parque está cerrado por una valla, algo que lo convierte en un lugar seguro para soltar a los perros en total seguridad. Sin embargo, el peligro se encontraba al otro lado, en una zona en la que el cierre estaba roto y Zazou estaba justo allí.
Cuando las mujeres comprobaron dónde se encontraba el chihuahua se les paró el corazón, el perro corría un gran peligro porque un zorro se acercó a él y lo agarró.
Inmediatamente Sara y su hermana comenzaron a gritar para asustar al zorro y comprobar si de esta manera soltaba al perro, pero desgraciadamente el animal se escapó con Zazou entre sus fauces.
Las mujeres buscaron al perro por todos los rincones del parque sin éxito.
Un halo de esperanza
Desde que ocurrieron los hechos Sarah, que presume de una inmensa tristeza, ha investigado mucho sobre el tema (según ella misma ha contado a medios locales) y ha llegado a la conclusión de que los zorros no atacan a los perros. La mujer cree que el raposo confundió al chihuahua con una rata gigante.
Con esa teoría en mente, la propietaria de Zazou tiene la esperanza de encontrar, al menos, el jersey que su perro llevaba ese día.
Lamentablemente; no es la primera vez que ocurre un ataque de estas características en esa zona de Bélgica. Ante tales sucesos, el ayuntamiento de Watermael-Boitsfort recomienda a los vecinos no dar de comer a los zorros para no incitarlos a acercarse a las casas y dejarlos vivir en su hábitat natural.