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perro con flatulencias y cara inocente

Perro sufriendo de flatulencias.

© Shutterstock Bildagentur Zoonar GmbH

Veterinario analiza los pedos de un perro y descubre a un marido mentiroso

Por Águeda S. Lastra Periodista

Publicado el

Una noche, el hedor inunda la habitación. Preocupada por su perro, la mujer acude al veterinario. El diagnóstico del doctor la dejó en shock.

Una mujer, a tenor del testimonio contado en Reddit hace tres años, tuvo que soportar el olor de las flatulencias de su perro hasta el punto de volverse loca. 

La señora, muy sensible a los olores por encontrarse embarazada, se mostró preocupada por la salud de su perro. ''Era una bomba fétida de cuatro patas'', aseguró. 

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Unas flatulencias insoportables

El día que la futura mamá tuvo constancia de los malos olores fue durante una cena con su marido. Así lo reveló en la red social citada anteriormente: 

En vídeo:
"No pude soportar el olor y abandoné la habitación".

En un primer momento, la mujer señaló directamente al perro como culpable de los olores porque su marido reaccionó horrorizado ante la situación. 

El ajetreo por el hedor llegó hasta la habitación de la pareja, allí el hombre aseguró que el animal, de nombre Jerry, estaba malo, ya que el olor de sus ''pedos'' no era normal. 

Primero prueba las velas perfumadas

Tras el drama fétido, el olor desapareció durante un par de días. Pero, de repente, volvió. La tutora de Jerry comenzó a encender velas perfumadas para 'tapar' el hedor, aunque esta astucia no sirvió para nada.

Temiendo que Jerry pudiese estar enfermo, lo llevó al veterinario, quien, después de hacerle un chequeo, le recomendó un cambio de dieta al animal.

Sin embargo, el nuevo menú no aportó mejoría alguna. Por lo que se produjeron nuevas visitas al veterinario y numerosas y costosas pruebas. Los resultados fueron un verdadero shock:

"Todas las pruebas mostraron que el perro estaba bien".

Presa del pánico y cargada de preocupaciones por Jerry, la mujer sufrió un ataque de nervios. 

La confesión del marido

Al ver a su mujer sufrir de esa manera, el marido hizo una confesión que la dejó sin habla. ''Jerry es inocente, el apestado soy yo''.

La reacción de su esposa fue tan clara como dura: ''Lo eché de casa''. Una medida que incluso su suegra encontró apropiada.

Varias horas después y ya más tranquila; la mamá de Jerry dejó a su marido volver a casa. 

Eso sí, con condiciones: que pidiera cita en su médico de cabecera para tratar sus flatulencias y que pagase la mitad de los gastos veterinarios

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