Al teclear perros andaluces en Google, la raza que aparece en casi todas las páginas es el podenco andaluz. Y seguramente muchos crean que sea la única de la comunidad, pero razas de perros andaluces existen más, como el maneto, el perro de aguas o el ratonero bodeguero.
Todos estos perros comparten algo común en sus orígenes: su uso para la caza. Sin embargo, su historia fue evolucionando. Descubre por el Día de Andalucía, que se celebra cada 28 de febrero, por qué "quitan el sentío" estas razas desde hace siglos.
Podenco andaluz
El podenco andaluz se conoce más allá de las fronteras de Andalucía precisamente por ser una de las razas más usadas y, en consecuencia, castigadas, por la caza.
Pese a que se sabe de ella desde hace más de 3.000 años, Andalucía tardó en reconocerla como una de sus razas de perros andaluces, quedando registrada en 1992 en la Real Sociedad Canina de España.
Maneto
Con el maneto sucedió algo similar. Es decir, no se reconoció como raza andaluza de forma oficial hasta el 2014, cuando parece que se tiene conocimiento de él en el sur de la Península desde hace miles de años.
El maneto es uno de los perros podencos andaluces de talla pequeña nacido del enanismo de los podencos, seleccionado para la caza en monte espeso y para la zarza.
Perro ratonero bodeguero
El perro ratonero bodeguero da pistas de su origen en el propio nombre. Históricamente se empleaban sus habilidades para cazar ratones en bodegas y almacenes.
Los dueños de las bodegas de vino de Cádiz introdujeron a este perro hacia finales del siglo XVIII, siendo el bodeguero un cruce entre el fox terrier de pelo liso, utilizado por empresarios ingleses para el mismo fin, y otros perros ratoneros locales de la época.
Perro de aguas andaluz
También conocido como turco andaluz, hay constancia del perro de aguas andaluz desde el año 1110, fecha de la que data el escrito que habla de una raza al sur de la Península usada para el pastoreo y la caza con sus características físicas.
Aunque hay otra teoría bastante extendida sobre su origen que lo remonta al año 711, cuando se estableció en el territorio de Al-Ándalus durante la invasión islámica de la península ibérica.
Este perro de lanas sigue jugando un papel importante en la sociedad, como perro policía o bombero. De hecho, es especialista en detectar cebos envenenados. Asimismo, es un gran ayudante en terapia con niños y abuelos.
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