Los perros de caza, especialmente los galgos y los podencos, sufren en España una serie de dudosas prácticas en sus entrenamientos por parte de los cazadores para adiestrar y convertirlos en la mejor de las herramientas en la cacería.
En Wamiz realizamos un repaso de esas prácticas de adiestramiento canino, lo que contempla la legislación española del perro como compañero de caza y cómo acaban esos animales tras la temporada de caza.
¿Cuál es el adiestramiento de un perro de caza?
La temporada de caza comienza en agosto en la mayor parte de España. Ese periodo, en el que el perro para la caza es usado para rastrear y traer la presa al cazador, acaba en febrero, fecha criminal: sobre el 40% de los perros de caza sufren maltrato o abandono.
Muchos de los perros cazadores acaban incluso peor, asesinados colgados de un árbol o tirados a un pozo. Y ese es su final, la vida que les tocó desde cachorros entrenados para la cacería, no fue mejor, tal y como apuntan la experiencia de quienes rescatan a estos perros a casi diario.
¿Qué es cazar?
Según la RAE, cazar significa: "Buscar o perseguir aves, fieras y otras muchas clases de animales para cobrarlos o matarlos".
En España existen varias razas de perro usadas por el hombre para cazar. Aunque principalmente las que más se conocen son el galgo –ya explicamos porqué no tener un galgo en casa –, también está el podenco, considerada la raza de perro olvidada, y a otros como el pointer.
En el proceso de adiestramiento para perros de caza, existen distintos procedimientos; algunos implican, en teoría, prácticas éticas de caza, haciendo uso del refuerzo positivo, comandos y el recompensar al perro; y otros en cambio, rozan o traspasan la ilegalidad.
¿Qué dice la ley sobre cómo la caza debe entrenar a su perro?
La nueva Ley de Bienestar Animal, que entró en vigor en septiembre de 2023, deja fuera de su normativa a estos animales, entre otros, pese a la insistente petición por parte de colectivos animalistas. El texto reza así en su Artículo 1:
"e) Los animales utilizados en actividades específicas (las deportivas reconocidas por el Consejo Superior de Deportes, las aves de cetrería, los perros pastores y de guarda del ganado) así como los utilizados en actividades profesionales (dedicados a una actividad o cometido concreto realizado conjuntamente con su responsable en un entorno profesional o laboral, como los perros de rescate, animales de compañía utilizados en intervenciones asistidas o los animales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o de las Fuerzas Armadas)".
Igualmente quedarán excluidos los perros de caza, rehalas y animales auxiliares de caza. Todos ellos se regulan y quedarán protegidos por la normativa vigente europea, estatal y autonómica correspondiente, y que les sea de aplicación al margen de esta ley".
Es decir, en España cada Comunidad Autónoma establece cómo actuar con el perro en situaciones de caza. Por eso, en Andalucía todavía hoy está permitido entrenar a los perros atados a vehículos a motor para que adquieran velocidad, por ejemplo.
Esta práctica está bastante extendida por España, especialmente por las zonas en las que más se estila la caza, como Castilla y León, donde ya vimos las altas cifras de maltrato y abandono que sufren los perros de caza.
Tanto PACMA (Partido Animalista) como las asociaciones de animales denunciaron en numerosas ocasiones los durísimos entrenamientos de resistencia y fuerza a los que son sometidos los perros de caza.
Prácticas para entrenar a un perro de caza
Según informes de PACMA sobre el maltrato animal, "los perros son atados a vehículos a motor durante horas para probar su resistencia física, en muchos casos hasta la extenuación. No es inusual que estos animales sufran aparatosos accidentes en los entrenamientos con un desenlace trágico".
Si esta situación ya resulta escalofriante, además hay que añadirle el maltrato al que son sometidos durante su vida de caza, el periodo en el que los cazadores los consideran útiles: vivir encerrados en jaulas, hacinados, con heridas, aislados, privarles de interacción social e incluso de alimentación para provocar más el atrapar a la presa.
Perro de caza promedio de vida
Por si fuera poco, tras una vida de maltrato y miedo, el final de estos animales muestra ensañamiento al dejar de ser útiles para los cazadores. Cuando estas personas consideran que ya nos les sirven como esa herramienta de trabajo, no solo les abandonan. Hay perros que aparecen con el arrancado chip con tal de que no logren identificarlos o directamente matan al animal.
La raza de perro más sonada tras la temporada caza es precisamente el galgo:
- Cada año se abandonan a unos 50.000 galgos en España, según registran las protectoras de animales.
- Por ser usados por los cazadores principalmente para la caza de la liebre.
- Y por las terribles prácticas para entrenar a un perro de caza.
La mayoría de los perros tienen instinto de cazador, les viene en su ADN. Y la mayoría, al convivir con los humanos, lo usan para principalmente para jugar. ¿Por qué hay que someter a los perros a estas terribles situaciones? Imagina en propia piel esas barbaridades de entrenamientos, vivir aislado y en dudosas condiciones de salud, ¿cómo percibirías esto? Los perros también sienten dolor físico y psicológico.