Cuando la esperanza muere, ¿qué queda? A los perros, en este sentido, les pasa exactamente lo mismo que a los humanos: sufren de una existencia vacía y la alegría se va de sus vidas para siempre.
Eso fue lo que le ocurrió a Franus. Un perro mayor que un día comprobó que lo único que el destino le tenía reservado era terminar su vida tras las rejas de un chenil. Ante la actitud del can, los voluntarios del refugio de Zawiercie, Polonia, decidieron tomar cartas en el asunto.
Franus es un animal de edad avanzada, tamaño medio, melena despeinada y sin esperanza alguna, pues nadie quiso ni quiere adoptarlo.
"Ya no espera, porque ¿quién va a querer a un perro viejo?"
El pasado 9 de octubre los empleados de la asociación publicaron un post en Facebook animando a los internautas a adoptar a este perro mayor.
La publicación incluía una foto de Franus en la cual quedab retratada su inmensa tristeza y su cara de resignación.
"Franuś pasa horas así - no espera más, no pregunta porque... ¿quién va a querer a un perro viejo? Es terrible que nos veamos impotentes y solo podamos intentar darle un poco de cariño teniendo 100 perros a nuestro cargo. Pero tal vez ocurra un milagro y Franus encuentre a su familia en el otoño de su vida...", escribían los voluntarios.
"Gente, adopten a este niño mayor, tengan un gran corazón, yo adopté tres en su tercera edad, son adorables, les pagarán con amor incondicional", se podía leer en uno de los comentarios.
"Todos pasaremos por esto, pero ¿lo haremos solos o felices y en compañía?", preguntó otro seguidor de la asociación.
¡Ya encontró un hogar!
La historia de Franus llegó al corazón de muchos, y el resultado superó las expectativas del refugio. En pocos días, ¡Franus encontró un hogar a su altura!
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