Con pánico a los humanos
Cuando llegó a las instalaciones de la Protectora de Animales de La Nucia (Valencia) Neu —una perra de raza boston terrier— no se dejaba tocar. Recelaba de todos los humanos que se acercaban a ella e incluso intentaba morder.
Mordía por la misma razón que todos los perros muerden, por miedo. En este caso, por miedo a los humanos. Atada a un árbol durante toda su vida, no sabía lo que era una simple caricia.
Tras años atormentada, su vida empezó a cambiar en noviembre de 2019.
Nueve años de soledad
Fue una voluntaria de este refugio la que más se empeñó en hacerle entender a Neu que, en ocasiones, los humanos no somos tan malos.
Tantos años de soledad y abandono hicieron demasiada mella en ella, y enseñarle a socializar a un perro traumatizado ha sido un proceso largo.
El primer invierno que no pasará frío
Sin embargo, y pese a que esta parecía una de las adopciones más complicadas, la suerte al fin ha llamado a su puerta. En noviembre de 2019, una familia se interesó en Neu.
"Con un perro como ella y rescatado por ellos en circunstancias similares, pasearon juntos ayer, se conocieron y se aceptaron, quizá sus vibraciones intercambiaron dolor y frustración y conectaron rápidamente, quizá los dos se entienden porque los dos sufrieron.", rezaba la publicación.
Por primera vez en toda su vida, Neu entró en una casa, un lugar nuevo para ella que ahora comparte con un compañero canino y una familia que la quiere y la mima como se merece.