El refugio al que la llevaron a esta perrita pensaban que no había más opción que sacrificarla dado su mal estado. No obstante, la trabajadora del refugio publicó su foto en la página con los candidatos a la adopción. Durante semanas, la diminuta foto de la perrita enferma no atrajo el interés de nadie.
Pero un día, justo antes de que Clementine fuera sacrificada, Chelsea Elizabeth Cossairt escribió al refugio.
Conmovido, el personal del refugio leyó con emoción que la mujer -a pesar de las numerosas enfermedades y el pasado desconocido de Clementine- estaba segura de querer adoptar a este perro en particular.
Un comienzo difícil
Los primeros meses de su vida en común no fueron fáciles.
Clementine temblaba constantemente, se escondía bajo los muebles y evitaba la mirada de los humanos. Se apartaba de la gente y se sentaba de cara a la pared para sentirse más segura.
Afortunadamente, reaccionó de forma muy diferente a la compañía de los perros.
Moose y Maple, los perros que ya tenía su humana, la hicieron sentir más tranquila. El autoestima de Clementine también mejoró con el tratamiento exitoso de numerosas infecciones y alergias.
Pronto Clementine se sintió mejor, dejó de temblar y por fin tuvo fuerzas para mirar a su familia humana a los ojos.
Y al cabo de unos meses, mirar con cariño a los ojos de su querida cuidadora ¡se convirtió en su actividad favorita!