Cuando Pepa veía a su perro en el hospital, "le cambiaba la expresión de la cara", asegura una de las médicas de esta paciente ya fallecida. Tanto bien le hacía su perro que Pepa incluso "mejoraba a nivel clínico, mejoraba su dolor".
Pepa estaba en cuidados paliativos en un hospital de Granada. Eran sus últimos momentos de vida. Al darse cuenta el personal sanitario del beneficio que tenía para Pepa la presencia de su perro, decidieron acoger a Lucky para aliviar ese tramo final.
11 años de vida con su perro
La idea de que el yorkshire acudiera al hospital, según cuentan en el vídeo compartido en YouTube, fue de una residente de medicina y todo dentro del marco de humanizar el final de la vida de las personas que están en cuidados paliativos.
"Este animal era otro hijo para ella", dice la hermana de Pepa en el vídeo. La familia, tras la muerte de Pepa, volvió al hospital con Lucky para dar las gracias al equipo de sanitarios que cumplió este deseo de Pepa antes de morir, disfrutar de su querido perro.
La familia estaba encantada con la idea puesto que Lucky y Pepa compartieron once años de vida. Y el perro, durante su visita en el hospital, estuvo todo el tiempo en la cama con ella. "Creo que el perro sabía algo", opina el hijo de Pepa.
Una historia que demuestra, una vez más, hasta dónde alcanza el amor por los perros.
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