Rosie Brown es una mujer que vive en South Bay, en Los Ángeles. Tiene dos perros, Penny y Daisy.
La mujer terminó contratando a una cuidadora de perros que tenía muy buenas calificaciones en la app Wag! (200 reseñas de 5 estrellas), un servicio donde puedes encontrar paseadores de perros, cuidadores, adiestradores y asesoramiento veterinario las 24 horas en Estados Unidos.
Cuando llegó el momento de acudir a la boda, Rosie le advirtió a Casey que había instalado una cámara para perros en su salón. ¡Un detalle que a Casey no le importó!
¡Ancha es Castilla! o "Los Ángeles"...
Mientras Rosie se divertía y disfrutaba de la boda, recibió una alerta de la cámara para perros. Cuando miró las imágenes, se dio cuenta de que había un extraño en casa.
Mientras seguía viendo el vídeo, Rosie comprendió rápidamente que el extraño era el novio de Casey. La mujer pudo ver a la pareja besándose, entrando juntos a las habitaciones y cerrando las puertas detrás de ellos, además de caminar y acostarse en el sofá desnudos.
Un cliente insatisfecho
Es comprensible que Rosie estuviera conmocionada: "Ver ese vídeo en el que ella está desnuda, sentada sobre el sofá, acostada sobre él… fue muy difícil porque lo acabábamos de comprar. Yo ya no me acuesto allí. Ese solía ser mi lugar favorito. Justo en el medio, pero ahora ni me acerco".
Lo peor de todo es que Casey solo sacó a los perros a dar un paseo de 5 minutos en lugar de los paseos de 30 a 60 minutos que había acordado con Rosie.
Rosie, por supuesto, decidió poner una reclamación en Wag!. Casey fue despedida al momento: "El comportamiento denunciado es inaceptable y contrario a nuestras normas comunitarias", argumentaba la empresa.
Finalmente, Wag! tuvo que pagar los gastos de limpieza y de cambio de cerraduras a Rosie. ¡Lo que hay que ver!