Adiós a una figura literaria universal
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, falleció el 13 de abril de 2025 en Lima, Perú, según confirmó su familia. Tenía 89 años. Con él desaparece uno de los últimos representantes del boom latinoamericano, movimiento que revolucionó la narrativa en lengua española durante el siglo XX.
Su trayectoria estuvo marcada por un compromiso intelectual con la libertad individual, el poder de la literatura como herramienta crítica, y una energía creativa que se mantuvo viva hasta sus últimos años.
Los animales en su literatura: una metáfora de lo humano
Aunque los perros no son figuras constantes en la obra de Vargas Llosa, sí titula uno de sus relatos más potentes: Los cachorros, publicado en 1967. La historia de Cuéllar, un niño que sufre la mutilación de sus genitales por el ataque de un perro, sirve como símbolo de la pérdida brutal de la inocencia y la exclusión social.
Los cachorros es una historia sobre lo que ocurre cuando la vida te mutila demasiado pronto".
El título no es casual. "Cachorros" remite a la condición vulnerable de la infancia y adolescencia, pero también a la brutalidad instintiva del mundo adulto. El perro en el relato no es un enemigo, sino un desencadenante simbólico de un conflicto profundo: el de la marginación de aquel que ya no puede seguir el ritmo del grupo.
'Mario y los perros': un retrato más íntimo
En 2013, RTVE emitió en su espacio Imprescindibles el documental 'Mario y los perros', dirigido por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega. A pesar de su título, el filme no gira en torno a los animales, sino que emplea esa metáfora para explorar la vida íntima del escritor: su rutina, su pasión por la escritura, su familia y su pensamiento.
El título es más poético que literal. Los perros representan el vínculo del autor con lo cotidiano, lo leal, lo doméstico y lo silencioso. Una forma de contraponer esa esfera personal frente al perfil público, a menudo polémico, del intelectual que debatía política en los grandes foros del mundo.
El legado que queda
A lo largo de su carrera Vargas Llosa demostró que la literatura es una forma de conocimiento y resistencia. En obras como 'La ciudad y los perros', 'La fiesta del Chivo', 'Conversación en La Catedral' o 'Travesuras de la niña mala', abordó la violencia, el deseo, el autoritarismo y la fragilidad de la condición humana.
Escribir es una forma de vivir otras vidas".
Hoy, su obra queda como herencia de un siglo convulso. Y en ella, aunque los perros no sean protagonistas, aparecen como símbolos discretos de lo emocional, lo instintivo y lo revelador.