Aquella mañana, en San Petersburgo, Florida (Estados Unidos), Luna hizo lo de siempre: un pequeño paseo por el jardín antes de volver a casa.
Pero algo no iba bien. La diminuta chihuahua de 2 años se precipitó bajo la cama haciendo extraños movimientos de garganta.
Preocupada, su cuidadora, Carolyn Knight, intentó la maniobra de Heimlich, sin éxito.
Una operación vital demasiado costosa
Luna respiraba, pero seguía comportándose de forma extraña.
Ante el deterioro del estado de Luna, el veterinario recomendó una cirugía exploratoria del abdomen, pero el presupuesto era demasiado elevado para Carolyn, que rompió a llorar al pensar que no podía ayudar a su perra.
Aunque la operación era la única solución para salvarla, el veterinario le propuso una alternativa: ceder legalmente a la perra a una asociación que se haría cargo de todos los gatos.
La perra fue entonces acogida por Jaime McKnight, fundadora del refugio Pawlicious Poochie Pet Rescue. Luna sufría mucho y vomitaba cada vez que comía.
Gracias a las donaciones del refugio, la asociación pudo financiar la intervención quirúrgica.
Una causa improbable
Carolyn mencionó que su vecino tenía un árbol de mango que se extendía a su jardín. Sospechaba que Luna podía haberse tragado uno de los pequeños frutos, pero ni la semilla ni ninguna obstrucción eran visibles en la radiografía.
La cirugía abdominal no dio resultado y el estado de Luna empeoró. Entonces se prescribió otro examen más preciso y las imágenes se enviaron a un especialista.
Fue entonces cuando comenzó una carrera contra reloj para salvar a Luna. Jaime McKnight trasladó a Luna a un veterinario especializado para una endoscopia de urgencia. La operación era arriesgada, pero Luna sobrevivió.
La semilla fue retirada y la perra recuperó fuerzas. Aquqella misma noche, volvió a comer.
Un final feliz
Carolyn Knight se sintió aliviada al conocer la buena noticia, pero devastada por la ausencia de Luna en casa.
Gracias al apoyo del refugio, Carolyn pudo proporcionar las garantías necesarias para adoptar de nuevo a Luna. El refugio aceptó tramitar la devolución de la perra dos semanas después de la intervención.
La historia, compartida en TikTok hace unas semanas, ha conmovido a muchos internautas que han elogiado el apoyo y la rapidez con la que ha intervenido la asociación.