Pudo haber sido la estafa perfecta. Ina Z. lo había planeado todo minuciosamente: desvió 2,3 millones de euros de cuentas de clientes, organizó un certificado de defunción falso y comenzó una nueva vida bajo las palmeras.
Durante diez años, esta asesora fiscal, de nacionalidad alemana, vivió sin ser descubierta en Mallorca, hasta que, precisamente, un selfi con su caniche se convirtió en su perdición.
Amasó millones con engaños
Entre 2009 y 2019, Ina Z. trabajó para una empresa energética en la que gestionaba los pagos de impuestos millonarios de la empresa alemana, al menos supuestamente.
De toda esa cantidad, solo unos 216.000 euros fueron realmente declarados. El resto habría terminado en los bolsillos de Ina.
Un plan macabro
Cuando se hizo evidente que estaba siendo investigada, Ina Z. recurrió a una medida drástica: hizo que su hermana la declarara muerta. Para las autoridades, Ina había fallecido en un accidente de tráfico en Rostock.
Una caniche la delata
Sin embargo, los propietarios de la empresa energética tenían dudas sobre el repentino fallecimiento.
Contrataron con una agencia de detectives, y sus investigadores privados pronto encontraron una pista crucial: ¡las cuentas de redes sociales de la supuestamente fallecida Ina Z. seguían activas!
Por el paisaje de la foto, pudieron claramente ubicar a la investigada en Mallorca, y dado que los caniches gigantes son una rareza común en la isla, los investigadores obtuvieron una pista clave.

Detención en una urbanización de lujo
Finalmente, dieron con la ubicación exacta: Santa Ponça. Allí, finalmente, les llamó la atención un hombre que paseaba regularmente un caniche exactamente igual al de la foto. Lo siguieron y él los llevó directamente a una villa en una residencia de lujo de Ina Z.
Durante el registro domiciliario, los agentes encontraron documentos falsificados, incluido un pasaporte keniano con un nombre falso. La estafadora terminó identificándose y fue detenida.
Un acuerdo judicial
La semana pasada, Ina Z. compareció ante la Audiencia Provincial de Palma. Allí se declaró culpable por administración desleal y falsedad documental.
La hermana de Ina también ha sido condenada a tres meses de prisión.