El 17 de septiembre de 2024, la Fundación para perros y gatos SPA du Dauphiné de Isère, en el sureste de Francia, encontró un ovillo de pelo blanco y negro frente a su puerta.
Atado descuidadamente con una correa a la verja el refugio, el perro yacía en el suelo, inmóvil.
Una perra ciega y anciana
Los empleados del refugio se apresuraron inmediatamente a comprobar el estado de salud del animal.
Los propietarios, ilocalizables
Se descubrió que la perra tenía chip, pero el número de teléfono asociado había sido dado de baja.
Como la legislación francesa no permite a la fundación retener a un perro registrado en sus instalaciones, la pequeña perra tuvo que pasar 8 días en la jaula del refugio antes de poder ser dada en adopción.
Afortunadamente, días después, el refugio confirmó que el animal había encontrado una familia definitiva.