Nos guste o no, el galgo español es un perro diseñado para la caza. Así lo quiso el hombre en su día, desde que domesticó a este perro, y así persiste hoy. Tanto dura todavía que el galgo es una de las razas más maltratadas en España.
Cuando más sufre es en temporada de caza. El uso de estos perros para cazar liebres es justo ese: una mera herramienta a la que cazadores abandonan o matan cuando dejan de servirles.
Día Mundial del Galgo, un perro de moda
Por ello en 2017 nació el Día Mundial del Galgo que se celebra cada 1 de febrero. El espíritu de rescatar a este perro y ayudarle, ha hecho en este tiempo que el galgo sea un perro que está de moda. Pero su raza conlleva una serie de contradicciones en las que no repara nadie.
1. El galgo tiene instinto de caza y debe saciarlo
Al adoptar a un galgo, tienes que tener en cuenta sus necesidades. El galgo tiene instinto de caza por naturaleza, y para saciarlo debe salir al campo, olfatear, pasear libre y correr. Es un perro muy físico.
Si no libera esa energía, "el instinto de caza puede aparecer persiguiendo a corredores, bicis, o echar a correr detrás de otro perro en el parque", explica Sergio Tallón, el educador de Senda Canina.
"No es que tu galgo sea bruto jugando con el otro perro, es que está 'cazando'", señala Tallón. Incluso el no saciar ese instinto, puede hacer que “su ansiedad derive en morder cosas en casa o en otras inseguridades”.
2. El galgo corre al estilo guepardo
El galgo necesita correr y lo hace de una forma peculiar. Su estilo se conoce como ‘galope de doble suspensión’, parecido al del guepardo. El galgo puede correr a una velocidad de 72 kilómetros por hora.
Es un experto en tomar las curvas. Los músculos de sus caderas hacen que cambie de dirección fácilmente, en zigzag. Es decir, calca los quiebros de las liebres.
3. Amigo de faraones y reyes
Con esas cualidades, no es de extrañar que el hombre quisiera al galgo para él. Hubo un tiempo en que era amigo de faraones y reyes (*). Tutankamón tenía un galgo y al morir, mandó embalsamarlo para que le acompañara en la otra vida.
Visigodos y andalusíes siempre tuvieron a los galgos con ellos. Hasta las leyes medievales penaban con la muerte a quien lo maltratara. Ojo, no a todos los perros, al galgo.
4. El galgo aprecia su espacio
Aunque el galgo fue una de las primeras razas domesticadas, su timidez y desconfianza siempre le ha hecho mantener las distancias con el hombre. De hecho, al galgo le gusta la independencia y que respeten su espacio, como los gatos.
5. En casa, no hay galgo
Igual que el galgo puede casi duplicar la velocidad de Usain Bolt, su deporte favorito en casa es dormir: ¡hasta 18 horas en la cama! Y además, le gusta estar bien calentito, es muy friolero por la poca grasa de su piel.
Esta es una de las razones por las que se dice que el galgo es un perro de casa y no de caza, cuando no es así al 100%. ¿Quieres adoptar a un galgo? Adelante, siempre y cuando tengas presente estas y sus otras muchas necesidades de esta raza tan especial.