La historia de Kira, una San Bernardo que soportó cinco años encadenada en condiciones deplorables en Pontevedra, es un poderoso recordatorio: nunca hay que mirar a otro lado cuando se trata de ayudar a los animales.
Su vida actual nada tiene que ver con vivir encadenada desde su rescate. Es una clara muestra de cómo el amor y la compasión pueden transformar hasta las historias más tristes.
5 años atada a una cadena
En 2022 recogíamos en Wamiz la historia de Kira gracias a Tania Carabelos, una incansable defensora de los animales. Entonces la gallega compartió en su Facebook el caso de la perra para ayudarla.
Tania lleva desde los 13 años rescatando animales, muchas veces enfrentándose a situaciones donde otros no se involucran. "Intento ayudar en los casos más complicados, los que parecen no tener solución", comentaba en aquel momento. Y, sin duda, Kira fue uno de ellos.
Regalada por un criador a una mujer en Beluso (O Cabalo), Pontevedra, Kira fue encadenada por su dueña el día de su segundo cumpleaños. Durante los cinco años siguientes de su vida, esta noble gigante estuvo atada en corto por una cadena, sin apenas espacio para moverse, sin compañía y con solo lo justo para sobrevivir.
La imagen de esta perra, con su enorme corazón atrapado en un cuerpo encadenado, conmovía a todos ese invierno de 2022. Ahora, casi 3 años después, sabemos de la nueva vida de Kira gracias a que Tania se puso en contacto con Wamiz.
Del infierno a... ¡disfrutar de una auténtica familia!
Pero Kira tuvo la suerte de cruzarse con Tania y sus redes de apoyo. Tras lograr rescatarla, la prioridad era encontrarle un hogar donde pudiera experimentar por primera vez lo que significa ser amada y cuidada.
La publicación de Tania describía a Kira como una gigante bola de pelos, noble, cariñosa y social pese al horror que sufrido.
Y el milagro ocurrió. A pocos menos de 45 minutos de donde vivió un infierno, Kira es una perra muy feliz desde el 12 de febrero de 2022, cuando fue adoptada por una familia en Tui, también en Pontevedra.
Esta familia no solo abrió las puertas de su hogar, sino también las de su corazón y... las de una caseta personalizada de exterior y tamaño San Bernardo construida para ella:
La nueva vida de Kira
Hoy, Kira vive rodeada de amor, cerca del mar y de ríos donde puede correr libremente. ¡Ah! Y también comparte vida con otro perrete de la familia.
De estar encadenada y olvidada, Kira ahora conoce lo que es la libertad, el cuidado y la felicidad. Su historia es un recordatorio de que miles de perros y gatos en España esperan una segunda oportunidad, un hogar donde puedan sanar y vivir como merecen.
Si tienes la posibilidad de adoptar, ojalá lo hagas. Cada gesto cuenta y puede marcar la diferencia entre una vida de sufrimiento y una de amor. Porque, como demuestra la historia de Kira, adoptar salva vidas y transforma el mundo de esos animales.