Una de las preguntas más comunes que los nuevos propietarios suelen hacerle a los médicos veterinarios tiene que ver con el tipo de alimentación que se le debe dar a los perros.
Hoy en día existen muchas formas de alimentarlos y las personas suelen tener dudas respecto a qué tipo de alimento es “mejor”.
En este aspecto es importante mencionar que no existe un tipo de alimentación ideal, sino que la nutrición de los canes se debe adaptar a las necesidades específicas de cada individuo.
Una de las alternativas más recientes y con más acogida —sobre todo en redes sociales— es la dieta BARF.
Actualmente, la alimentación de los perros se basa casi exclusivamente en alimentos concentrados (balanceados, piensos o croquetas) producidos de forma masiva y comercializados ampliamente.
Estos están hechos, según las diferentes marcas productoras, de un alto porcentaje de materias primas de origen vegetal. Si bien esto no es del todo negativo, riñe un poco con la naturaleza anatómica y fisiológica de los perros.
A pesar de que en la actualidad no son considerados carnívoros estrictos, ellos no pueden ser alimentados exclusivamente de vegetales.
Los alimentos ricos en materia vegetal, como arroz, sorgo, maíz, trigo, cebada, etc., pueden contener una alta cantidad de carbohidratos que, según la anatomía de los perros, son poco digeribles en sus sistemas gastrointestinales.
Esto puede ocasionar problemas en el colon (por una fermentación inadecuada), alteración en los niveles de insulina y glucosa (favoreciendo el desarrollo de enfermedades como la diabetes mellitus), obesidad y sobrepeso (por grandes cantidades de sacarosa, que es un endulzante similar al azúcar o la fructosa, y grasas que se usan para hacer el alimento más llamativo) e incluso la manifestación de algunas alergias a los ingredientes.
Historia y origen de la dieta BARF
La dieta BARF es un tipo de alimentación para mascotas relativamente nuevo. No fue sino hasta 1980 que se empezó a conocer este término gracias a un médico veterinario australiano: Ian Billinghurst.
Este veterinario empezó a observar y estudiar la relación que existía entre la aparición de cierto tipo de enfermedades en sus pacientes y el tipo de alimentación que sus tutores les brindaban.
Sin embargo, antes del doctor Billinghurst, en 1932, el médico Francis M. Pottenger observó que al alimentar a 900 gatos con 4 tipos de dietas diferentes, los que eran alimentados con ingredientes no procesados eran más saludables, fértiles y vivían más.
A partir de estos estudios e investigaciones, que no solamente fueron realizados por estos dos investigadores, se empezó a entender el papel de la alimentación y la nutrición de diferentes fuentes en la aparición de enfermedades recurrentes en animales que eran alimentados de formas similares.
¿Qué es la dieta BARF?
Con este nombre se conoce al tipo de alimentación, principalmente para perros y gatos, hecha con Alimentos Crudos Biológicamente Apropiados (ACBA o BARF, por sus siglas en inglés). También se le denomina como alimentación cruda biológicamente adecuada o dietas ancestrales.
¿En qué consiste la dieta BARF?
La dieta BARF consiste en hacer referencia al tipo de alimentación que tenían los perros antes del largo proceso de domesticación, en el cual consumían principalmente ingredientes poco o nada procesados: restantes de la caza de los seres humanos u otros animales o presas que ellos mismos podían obtener a través de la cacería.
En conclusión, para la dieta BARF o ACBA se parte de la anatomía, la fisiología y el comportamiento natural de los perros para alimentarlos de la forma más acorde o natural posible, sin descuidar algunos nutrientes que son indispensables para ellos.
Lo que no es la dieta BARF
La dieta BARF no quiere decir que debas alimentar a tu perro solo con carne o proteína animal, que debas darle los alimentos totalmente crudos o que experimentes con tu perro probando diferentes ingredientes.
Lo primero que debes hacer antes de elegir un tipo de nutrición u otro es consultar con un médico veterinario. Será él quien te ayude a conocer y entender las necesidades particulares de tu perro —que vienen dadas principalmente por la raza, la edad, la actividad física, el estado de salud, el estilo de vida, entre otros— para posteriormente elegir la nutrición que sea más beneficiosa para él.
Lo que realmente es la dieta BARF
En términos generales, la dieta BARF consiste en alimentar a los perros principalmente de alimentos crudos o semiprocesados (higienizados o cocidos previamente) compuestos casi en su totalidad por órganos, tejido muscular y alguna materia vegetal (todos ellos de buena calidad) con el fin de proporcionar una dieta balanceada y apropiada para los perros, que cubra todas sus necesidades y que, además, aporte un incentivo adicional al estimular su fisiología y su sistema gastrointestinal.
A estos ingredientes no se les adiciona ningún colorante, saborizante o conservante y tampoco son sometidos a procesos industriales (como la extrusión o la cocción a elevadas temperaturas), en la cual se pierden muchos nutrientes naturales y un valioso porcentaje de las proteínas.
De ahí que, según Billinghurst, considerado como el “padre” de este tipo de nutrición: “las dietas crudas que son suministradas a los perros deben ser lo más completas y equilibradas posibles para proporcionar todos los nutrientes esenciales conocidos”.
Concentrado o BARF: ¿qué es mejor?
Dentro del gremio veterinario, de los criaderos y también de los tutores, existen posiciones a favor y en contra de este tipo de alternativas alimenticias para perros.
Para ser imparciales, es importante decir que no importa el tipo de dieta con el cual alimentes a tu perro siempre y cuando esta cubra las necesidades del animal, esté hecha con ingredientes de alta calidad, sea suministrada de manera apropiada y en las cantidades adecuadas. Cada alimento tendrá argumentos tanto a favor como en contra.
Pros y contras de la dieta BARF
Beneficios
- Puede ser mucho más llamativa para tu perro, ya que será más sabrosa y diferente para él.
- Variedad de ingredientes: al tener una amplia gama de materias primas, puedes variar la dieta de tu perro de acuerdo con las necesidades específicas, preferencias de tu perro o también con la disposición de determinados ingredientes en el mercado.
- Agua: al presentar los alimentos naturales, tu perro necesitará consumir menos agua ya que esta la obtendrá de diferentes fuentes. Es importante mencionar que, independientemente del tipo de dieta, tu perro siempre debe tener agua fresca a disposición.
- Heces: uno de los beneficios que más mencionan las personas que alimentan a sus perros es que las heces son menos voluminosas, tienen menos olor, son más consistentes y, además, los perros tienden a presentar menos problemas de gases.
- Cuidado oral: ya que tu perro tendrá que masticar más y también por tener menos harina, la salud de los dientes y las encías de tu perro será mejor. Adicionalmente, los perros tienden a tener mejor aliento.
- Sistema inmune: los perros presentan menos alergias alimenticias y también, al tener los ingredientes de primera mano, su sistema inmune estará más fuerte.
- Salud de pelo, piel, huesos y articulaciones: ya que tu perro está consumiendo cartílagos, articulaciones, piel, entre otros, podrá mantener la piel, el pelaje y el sistema óseo en una mejor forma.
- Obesidad y sobrepeso: cuando las dietas son formuladas y evaluadas periódicamente, los perros sufrirán menos de este tipo de problemas y aprovecharán mejor los nutrientes que les brindes.
Desventajas de la dieta BARF
- Formulación: cuando alimentas a tu perro con un alimento concentrado, balanceado o pienso, estás seguro de que la cantidad que él recibe de los nutrientes es la adecuada. Cuando alimentas con dieta BARF necesitarás una valoración con cierta frecuencia para determinar que las cantidades son las adecuadas para tu animal.
- En relación con lo anterior, en algunas situaciones particulares, las dietas tipo BARF necesitan una suplementación adicional para garantizar que la cantidad de vitaminas, minerales, entre otros nutrientes, sea la adecuada.
- Preparación dispendiosa: para personas que no disponen de mucho tiempo, preparar la comida de su perro puede ser un impedimento, por lo cual optan por alimentos ya preparados y listos.
- Calidad de ingredientes: es importante adquirir cada materia prima en sitios de confianza que garanticen la calidad e inocuidad de cada alimento. De lo contrario, necesitarás disponer de más tiempo para la preparación de la dieta de tu perro para garantizar la cocción apropiada.
- Costos: en algunas ocasiones conseguir todos los ingredientes de la formulación puede requerir de tiempo y dinero. Esto hará que el proceso de consecución, fabricación y almacenamiento necesite de un esfuerzo extra.
- Existen perros que tienen problemas de salud específicos como ausencia de piezas dentales, problemas gástricos, de hígado, renales, hormonales, metabólicos, entre otros, para los cuales no se recomienda el uso de la dieta BARF o necesitan formulaciones más específicas o de texturas apropiadas.
- Alimentos en cosecha: en algunas ocasiones la disponibilidad de ciertos alimentos dependerá de qué tan fácil sea conseguirlos en tu ciudad según la época del año. Muchas veces, debes tener en mente otras opciones de no ser posible conseguir determinado elemento.
- En algunas oportunidades, los perros pueden presentar alergias a determinados ingredientes, por lo cual hay que tener precaución a la hora de la formulación de la dieta.
- Huesos: es uno de los principales aspectos negativos de estas dietas. Los huesos pueden generar perforaciones, estreñimiento, enfermedades como inflamación del sistema digestivo, infecciones o lesiones en la cavidad oral al ser masticados y digeridos.
- Los ingredientes y también las porciones ya preparadas deben estar siempre refrigeradas para que sean seguras y permitan la formación de bacterias u hongos.
- Al momento de desplazamientos o viajes, puede ser complicado conseguir la comida ya preparada por lo cual tendrás que preparar suficiente alimento con antelación.
Principales ingredientes de la dieta BARF
Este tipo de nutrición de los perros debe cumplir con unas normas básicas o elementales (las cuales pueden variar según la formulación o la corriente que el médico veterinario nutricionista siga):
- Carne, hueso, músculo: 60%
- Carne magra (como pescado o pollo): 25%
- Fruta, materia vegetal, vísceras o huevos: 15%
- No tener cereales como maíz, trigo, sorgo, soya, etc.
- No tener conservantes, colorantes o algún otro aditivo.
Dentro de cada “grupo nutricional” puedes incluir diferentes materias primas:
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Carne
No solamente se trata de brindar carnes rojas (como lomo, falda, pecho, cuello, espalda, etc., de carne vacuna o bovina), sino también se puede incluir pechuga de pollo o de pavo, lomo de cerdo o de conejo o filetes de pescado (idealmente sin espinas) dentro de los cuales los más empleados son salmón, atún, trucha, merluza, mero, bacalao, entre otros. Aquí también se sugiere emplear algunos mariscos como gambas, almejas, langosta, langostino o mejillones.
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Huesos
En este apartado deberás tener mucho cuidado ya que existen algunos que pueden producir astillas (generando perforaciones) o que por su tamaño pueden producir atragantamientos. Los ideales son los huesos blandos, con carne y ligeramente cocidos (para evitar bacterias o patógenos); esto garantiza que sean seguros y fáciles de digerir. Los que más se recomiendan son: costillas, muslos, patas, alas, cuellos o colas.
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Vísceras
Este tipo de materia prima animal aporta una parte importante no solo de proteína (por tratarse de partes de animales), sino también de vitaminas, grasas y ácidos grasos esenciales. Los más recomendados son: estómago, corazón, molleja, hígado, riñón, bazo o pulmón de aves, conejo o res.
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Frutas
Hay que tener en cuenta que existen frutas que pueden llegar a ser tóxicas para los perros y, además, entender que estas tienen un alto contenido de fructosa (azúcar) que puede generar enfermedades por un exceso de estos componentes. Las más empleadas son: manzana (sin semilla), melón, mango, sandía, fresa, papaya, durazno o melocotón (sin semilla), coco, pera, kiwi, cereza, mora, higo, piña y ciruela.
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Verduras
Por su alto contenido en fibra, son necesarias aunque deben administrarse en pocas cantidades ya que el exceso puede generar problemas en el tránsito gastrointestinal de tu perro. Las más aptas para ellos son: espinaca, zanahoria, remolacha, repollo, lechuga, apio, acelga, pepino, calabaza, calabacín, brócoli, alcachofa, espárrago, coliflor y pimentón.
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Otros ingredientes
Existen otros ingredientes que son frecuentemente empleados en las dietas tipo BARF, como huevos (de gallina, pato o de codorniz), queso bajo en grasa, yogurt (preferiblemente griego o natural), aceite de oliva o de pescado, algas, brotes o germinados y levadura de cerveza.
¿Qué cantidad de alimento BARF debes darle a tu perro?
La cantidad de alimento BARF que debes darle a tu perro será sugerida únicamente por un médico veterinario nutricionista o especialista en dietas BARF.
Para esta formulación, el médico veterinario tendrá en cuenta: la edad, la raza, el peso, el estado de salud, la actividad física, el estilo de vida y las posibles enfermedades que tu perro pueda tener.
Posteriormente, se diseñará la dieta y se darán las instrucciones que deberás seguir para que no tengas inconvenientes como desnutrición, obesidad o sobrepeso, o alguna enfermedad derivada de una formulación incorrecta.
En términos generales, las cantidades pueden estimarse de acuerdo a la edad de tu perro así:
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Cachorros
10% del peso corporal del animal. Es decir, si tu perro pesa 500 gramos, debe consumir aproximadamente 50-75 gramos de alimento, repartidos en 4 o más tomas al día. Recuerda que los cachorros menores a dos meses de edad obtienen su alimento necesariamente de la leche materna y que, después de los dos meses de edad, deben comer con mayor frecuencia que los animales adultos.
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Adultos
Se sugiere que se les suministre del 3% al 5% del peso corporal. Es decir, si tu perro pesa 20 kilos, deberás darle entre 600 y 1.000 gramos de comida al día, repartida en dos o tres tomas.
La formulación de las dietas no es una ciencia exacta ya que cada animal aprovecha los nutrientes de diferentes formas. Por esto es importante que si observas cualquier signo como adelgazamiento u obesidad en tu perro, será necesario evaluar la dieta y reformularla. Adicionalmente, si tu perro realiza actividad física elevada, las cantidades pueden variar.
¿Cómo se prepara la dieta BARF?
Si bien se habla de que todos los alimentos deben ser crudos, la recomendación es que si se desconoce la procedencia o calidad de los ingredientes, estos sean cocidos en agua sin ningún condimento por lo menos durante 5 minutos o menos.
Esto garantizará que los alimentos estén libres de patógenos que puedan ser perjudiciales para tu perro como Escherichia coli, Salmonella spp., Listeria spp., entre otros.
La formulación específica para tu perro, así como algunas recetas, debe ser provista por un médico veterinario, aunque debe seguir la formulación o bases fundamentales previamente mencionadas. Los únicos ingredientes que son completamente seguros para tu perro son las frutas y algunos vegetales.
Una parte importante es que no debes usar ningún tipo de condimento (sal, ajo, especias, etc.) o salsas. También vale la pena mencionar que los huevos deben ser brindados sin cáscara y preferiblemente cocidos.
Comida BARF ya preparada
Aunque lo ideal es que cada dieta sea formulada especialmente para tu perro, en la actualidad, y gracias a la amplia demanda de este tipo de dietas, es posible conseguir en cada país alimentación tipo BARF para tu perro.
Estas formulaciones generales vienen segmentadas por tamaños, pesos y hasta razas, y su precio dependerá principalmente de los ingredientes de los cuales estén preparadas. Siempre los ingredientes más especializados serán los más costosos.
Este tipo de nutrición se puede encontrar en tiendas para mascotas, centros veterinarios y en algunas páginas de Internet (incluso hasta por redes sociales).
Lo más importante antes de elegir este tipo de productos es que consultes muy bien sobre la calidad de las materias primas y también los requerimientos de tu mascota.
Lo ideal es confiar en empresas reconocidas que cuenten con registros sanitarios por parte de las autoridades competentes en la alimentación animal y que sean recomendadas por expertos veterinarios o personas de tu confianza.