La chirimoya es una fruta con forma de corazón y piel formada por escamas un tanto gruesas de color verde claro. La pulpa de este fruto es blanca, cuenta con semillas oscuras grandes y su sabor es dulce con un toque ácido.
Repleta de vitaminas y minerales, así como un excelente antioxidante y buena para el sistema inmunológico, es uno de los alimentos estrellas desde el otoño hasta la primavera.
Gracias al clima de la Costa Tropical, que abarca desde el litoral de Granada a Málaga, en España se puede consumir todos esos meses debido a las suaves temperaturas de la zona.
Es una delicia para muchos humanos, pero ¿pueden los perros consumirla sin correr riesgos?
¿Puedo darle chirimoya a mi perro?
Esta fruta está repleta de nutrientes (vitamina C, calcio, hierro y fósforo) muy beneficios para los humanos y también para los perros, según artículo publicado y revisado por un veterinario en la revista Pet Queries, pero la chirimoya cuenta también con semillas que pueden poner en peligro la salud del can.
Asimismo y de la misma manera que ocurre con las granadas, consumir chirimoyas en exceso puede provocar molestias gastrointestinales a los perros.
Pero la clave está en las raciones. Un trocito de esta fruta, sin piel ni semillas, puede ser refrescante y sabrosa para el animal. Un golosina sana y natural.
¿La chirimoya es tóxica para el perro?
Esta fruta tiene un alto contenido en fibra y un bajo contenido en proteínas. También son una fuente de nutrientes A, C y K, así como de calcio y fósforo. Composición que no causará daño alguno al can.
Aunque lo que hay que tener en cuenta al alimentar a los perros con esta fruta son las semillas y el corazón. Las primeras contienen trazas de cianuro, que es venenoso, Cierto es que hacen falta muchas semillas para intoxicar al animal pero hay que prestar atención, sobre todo si se las traga porque también se puede atragantar.
Además las chirimoyas contienen azúcar, una sustancia que los perros no son capaces de procesar y, en algunos casos, puede causarle diabetes.
En conclusión, saber si la chirimoya es buena para los perros o no, depende realmente de la cantidad y la parte que consuma de esta fruta. Es posible que el perro no experimente los efectos nocivos si ingiere cantidades limitadas de chirimoya.
Como ocurre con la mayoría de los alimentos, existe cierto peligro de que un perro sea alérgico. Por lo tanto, tras introducir un alimento nuevo a la dieta canina; el propietario debe estar atento al estado de salud del perro. Si este observa algún signo de hipersensibilidad en el animal, como tos, moqueo, hinchazón, urticaria, problemas para respirar u otros síntomas, debe consultar con el veterinario.