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Un gatito escondido curioso

No existen escuelas específicas de adiestramiento felino.

© Mary Swift / Shutterstock

¿Se puede adiestrar a un gato?

Por Hernán Pesis Pesis Adiestrador | Comportamentalista felino

Actualizado el

A diferencia de los perros, los gatos no se educan o entrenan fuera de casa. ¿Qué hay que hacer para mejorar su comportamiento? Respuestas de un experto.

Entre los tutores es común buscar respuestas entre profesionales si su gato presenta reacciones agresivas, no puede integrase, come mal o sufre otras complicaciones en relación con su comportamiento.

Pero, a diferencia de un perro, los tratamientos que un felino casero debe recibir no suelen abordarse en un espacio educativo en particular, sino en el mismo lugar donde vive, ya que un cambio de territorio puede representarle una fuente de estrés.

El adiestrador felino Hernán Pesis, miembro de la International Association of Animal Behavior Consultants, explica cómo resolverlo y qué rol cumplen los propietarios en esta instancia.

¿Existen escuelas de adiestramiento felino?

No, no existen escuelas específicas de adiestramiento felino, pero sí instituciones de prestigio que brindan una formación diplomada completa en comportamiento animal aplicado, punto de partida para empezar una formación integral como educador felino.

¿Cómo es el proceso de adiestramiento felino recomendable?

Cada profesional elegirá el enfoque de trabajo de acuerdo con sus estudios, experiencias, filosofía y habilidades particulares.

Por ejemplo, un profesional puede centrarse en entrevistarse con los tutores, evaluar el entorno del gato, realizar un análisis funcional de sus conductas y la puesta en práctica de los ejercicios y técnicas que surgen de dicha evaluación y análisis conductual.

El compromiso de los tutores y el seguimiento de las técnicas propuestas es igualmente importante, ya que a través del mismo se logra ajustar las mismas a los requerimientos individuales de cada caso. Sea el enfoque que sea, es recomendable recurrir a educadores que utilicen técnicas en positivo, sin castigos ni técnicas aversivas para el animal.

La educación de los tutores es tan importante como la del gato

¿Por qué debemos adiestrar a un gato?

Podemos cambiar el término por el de “educar”. La educación no solo se centra en trabajar con los comportamientos indeseados una vez que se presentan, sino también con el gatito en su etapa temprana y adulta, antes de que se presenten. La educación de los tutores es tan importante como la del gato, ya que, de esta manera, se logra el equilibrio entre sus necesidades y las nuestras.

¿Siempre es necesario recurrir a un especialista?

Siempre. Y ese especialista debe acreditar su experiencia y formación en el campo del entrenamiento animal en una institución reconocida (con diplomas y/o certificaciones avaladas).

Lo ideal es que también cuente con una página web en donde cualquier persona pueda ver qué ofrece, cómo es su manera de trabajar y cuál es su formación profesional.

Las redes sociales ofrecen también la oportunidad de seguir sus publicaciones y las opiniones de su trabajo.

Hoy en día, no alcanza con colgar un título de la pared y llamarse especialista. Hay que demostrarlo todos los días.

¿Qué cuidados y/o herramientas debemos contemplar a la hora de educar un gato?

Lo más importante a la hora de trabajar con un gato es comprender que estamos trabajando con una especie semidoméstica muy diferente a todas las demás especies domesticadas, incluyendo al perro.

Es fundamental desechar todo tipo de técnicas aversivas (castigos punitivos) y de 'dominancia', las cuales son obsoletas y peligrosas.

Debemos tener en cuenta también que el entorno del gato cumple un rol fundamental en su entrenamiento, y que siempre debemos trabajar con los gatos y sus tutores en su entorno.

No podemos llevar a un gato a una “escuela de entrenamiento”, ya que no funciona con el gato.

Una gran definición del adiestramiento felino se encuentra en el libro No lo mates, enséñale (de la bióloga y entrenadora de animales Karen Pryor) que lo define de la siguiente manera: “Entrenar un gato es más similar a entrenar a un tigre que a un perro”, refiriéndose a esa condición de animal semidomesticado.

Diferencias entre el adiestramiento de un gato y un perro

La principal diferencia es la manera de encarar las técnicas, no tanto las técnicas en sí. Los educadores caninos y felinos utilizan las mismas letras, pero escriben en distintos idiomas.

Es muy difícil explicar las diferencias técnicas si el lector no es adiestrador, pero en términos generales con los gatos se busca generar situaciones en las cuales ellos aprendan solos de sus propias respuestas, sin forzarlos ni castigarlos.

El refuerzo positivo es fundamental en el entrenamiento del gato.

Toda técnica de castigo debe ser descartada

¿Varían mucho los comportamientos de los gatos de acuerdo con la raza?

No. Es verdad que existen ciertas tendencias producto de la selección de rasgos específicos, pero esas distinciones entre las distintas razas felinas son más estéticas que conductuales.

Muy diferente a lo que ocurre con los perros, cuya selección artificial se ha centrado en seleccionar rasgos conductuales específicos.

Por ejemplo, es posible encontrar gatos de bengala súper tranquilos y también persas súper agresivos.

Cada gato es un mundo y ese mundo es producto de variables contextuales muy diferentes.

Entrevista realizada por Manuel Casado.

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