Los gatos mayores tienen necesidades diferentes a los gatos más jóvenes.
A medida que envejecen, es importante adaptar su cuidado y atención para garantizar que disfruten de una buena calidad de vida. Para hacerlo, es muy importante saber a qué edad se considera "viejo" un gato.
¿A los siete años? ¿A los dieciocho? A continuación se aborda este y otros aspectos importantes de la tercera edad en los gatos.
Gatos viejos, senior o mayores
"Desgraciadamente, ocurre lo mismo que con las personas. Mientras más mayores, tienen más riesgo de padecer ciertas patologías. ¿Ejemplos? Pues hay de todo, desde cierto tipo de tumores hasta problemas cardíacos, pasando por enfermedades periodontales...", nos comenta el experto en la materia, Felipe Vázquez Montoto, del Centro Veterinario CatDog.
Cuando sobrepasan la década de vida, los gatos pasan a ser adultos mayores y, por lo tanto, ya es necesario que tengan una serie de cuidados adicionales para que su salud permanezca inalterable.
El envejecimiento en los gatos es similar al de las personas. A ciertas edades, además, debemos sumar los cambios de comportamiento y la falta de energía generalizada.
¿A qué edad se considera viejo un gato?
Al preguntar a qué edad se considera viejo un gato, muchas personas se sorprenden cuando el veterinario les dice que su gato mayor de diez años ya es un 'señor mayor', pero es así.
Afortunadamente, muchos incluso alcanzan los 20 años -lamentablemente no son muchos los gatos mayores de 20 años-, por lo que son 'ancianos' durante casi la mitad de su vida.
Lo normal es que, con los cuidados y atenciones que requieren, un gato saludable viva entre 6 y 12 años, aunque su segunda década puede ser muy longeva si no aparecen contratiempos de salud importantes.
"Los gatos tienden a envejecer con gracia y permanecen juguetones y con energía incluso cuando ya son adultos", explica la doctora Karen Becker.
¿Es viejo un gato con más de 10 años?
Sin embargo, más allá de a qué edad se considera viejo un gato, la esperanza de vida depuede variar según varios factores, como la raza, el estilo de vida, la genética y la atención médica que recibe a lo largo de su vida.
Enfermedades típicas de gatos viejos
Efectivamente, mientras más 'abuelos', tienen más probabilidad de enfermar.
El objetivo es que tu gato permanezca sano y feliz en sus años de madurez pese a los inevitables cambios que sufrirá su cuerpo.
Sin más dilación, pasamos a enumerar las enfermedades más corrientes de nuestros gatos adultos y, de paso, os damos algunos consejos para prevenir y tratar estos problemas.
Artritis
Es la enfermedad más habitual entre los gatos ancianos. Los estudios muestran que casi al 90% de los que tienen 12 años o más padecen cierto grado de artritis-, y consiste en la inflamación de las articulaciones que ocasiona dolores fuertes al animal.
El gato no podrá realizar ciertas actividades y se mostrará a veces frustrado por ello. Ya no será el mismo porque no podrá saltar, trepar e incluso caminar con soltura por culpa de la rigidez en sus patas, codos y cadera.
Para evitar o reducir sus síntomas es esencial mantener el peso ideal del gato.
Lo recomendable es que esté fino, delgado. Los veterinarios aconsejan que el animal pierda peso, aunque sea una pequeña cantidad.
La actividad física diaria es esencial para prevenir una debilidad músculoesqueletica profunda y no hay que olvidar escudarse en una alimentación equilibrada y adecuada según su especie.
Obesidad
La vida sedentaria de los gatos adultos, sobre todo en los que viven en interior y sufren otro tipo de patologías, se convierte en muchos casos en sobrepeso.
No es un 'problema' en sí mismo estar gordo, pero sí repercute a la hora de agravar otras dolencias como la artritis o los problemas cardíacos.
Los gatos esterilizados, ya sean hembras o machos, tienen más opciones de sufrir obesidad porque comen más y son menos activos.
Evidentemente, la alimentación y el ejercicio (20 minutos diarios) son cruciales para luchar contra los kilos de más.
El gato tendrá que seguir una dieta adecuada, tanto en calidad como en cantidad, con un pienso adaptado a su edad y que sea bajo en calorías.
Pérdida de audición
Es otra de las enfermedades de gatos mayores más comunes. Poco a poco irá oyendo peor y eso se aprecia en su comportamiento.
Paulatinamente, notarás ciertos detalles, minúsculos en su mayoría, pero que darán buena cuenta de su 'sordera'.
Te costará más despertarlo, ignorará ciertos sonidos que antes lo hacían espabilarse, dormirá mucho más profundo...
Una vez hecho esto, hay que variar ciertos aspectos de su rutina. Para empezar, conviene colocarle una pequeña campana o cascabel en el collar para tenerlo localizado, por si no te escucha cuando le llamas.
Además, sus salidas al exterior han de estar controladas, y sus juguetes deben pasar a ser luminosos en vez de sonoros.
Pérdida de visión (cataratas)
La causa común de pérdida de vista en nuestros amigos 'ancianos' son las cataratas. La apariencia de sus ojos se opaca, como si tuviesen una película gris cubriéndole la retina.
Contra la pérdida de visión no se puede luchar.
Incluso estando casi ciegos son capaces de orientarse increíblemente.
Al igual que ocurre cuando se vuelven un poco sordos, simplemente hay que saberlo, comprender la nueva situación y modificar ciertas de sus rutinas caseras: utilizar una fuente de sonido (televisión, radio, agua del grifo...) para que tenga un punto de referencia conocido y pueda orientarse fácilmente, evitar los 'obstáculos' dentro de la vivienda, no desplazar su caja de arena, cubrir las superficies resbalosas...
El objetivo es que el gato siga sintiéndose cómodo y seguro en un hábitat que ahora le costará un poco más reconocer.
Enfermedades dentales
El riesgo de que desarrollen trastornos bucales -enfermedad de las encías, reabsorción dental o 'falsa caries' y cáncer oral-, aumenta de forma drástica en las mascotas mayores
A la vejez es cuando suelen dar la cara muchas de sus carencias higiénicas dentales.
La mayoría de los gatos padecen ciertos tipos de patologías periodontales cuando apenas han cumplido los dos años de vida. Sin embargo, rara vez se les pone remedio. ¿Por qué? Pues porque no demuestran molestias ni dolor en ningún momento.
El problema es que, cuando ya son adultos, se pueden producir contratiempos mucho más severos (abscesos en la raíz de los dientes, fractura de quijada, infecciones nasales, pérdida de los ojos y cáncer oral).
Así pues, el cuidado dental es extremadamente importante a lo largo de su vida.
Las limpiezas profesionales cada cierto tiempo son la mejor manera de prevenir ciertas enfermedades bucales.
También es importante que lleve una alimentación equilibrada, adecuada para su especie, cruda o ligeramente cocinada. La carne cruda en especial actúa como un cepillo de dientes natural.
Deterioro cognitivo
Aunque a su manera, pero los gatos también 'chochean'.
Con el paso de los años, se van notando ciertas disfunciones cognitivas en ellos que normalmente se achacan a problemas mentales, aunque no siempre es así.
Las razones reales son meramente físicas y están directamente relacionadas con los 'daños' del envejecimiento en el cerebro. El gato dejará de dormir por las noches y se despertará con facilidad, maullará más de lo normal y tendrá mucha actividad.
"Exceso de vocalizaciones, maullidos sin sentido, comportamientos extraños como moverse en círculos y mirándose al costado... todas estas son manifestaciones de un problema neurológico en el gato que conviene examinar cuanto antes para descartar todos los motivos que no estén relacionados con el cerebro", advierte el veterinario Felipe Vázquez.
El cerebro de los gatos sufre diversos desgastes -daños oxidativos, pérdidas neuronales, atrofias, desarrollo de placas beta amiloides...-, y existen muchos trastornos que los animales mayores adquieren cuyos síntomas se asemejan a los del deterioro cognitivo.
Agresividad, miedo, estrés...
A todos estos problemas se les encuadra dentro del mismo saco, en el de los cambios de comportamiento.
Con la edad, los gatos se vuelven más maniáticos, más irritables, menos pacientes e incluso más agresivos. Se mostrará muy desconfiado e incluso molesto con las personas que no conoce y que vienen a casa de visita.
Se asocia también al estrés y a veces también puede derivar en un comportamiento temeroso por parte del minino con todo lo que le rodea.
Los gatos mayores, por norma, tienden a mostrar miedo ante las situaciones que no dominan.
En esta faceta es muy importante detectar cualquier posible causa médica no relacionada con la edad que le pueda producir este comportamiento violento y aplicar el tratamiento adecuado.
Hay que intentar neutralizar la respuesta de tu gato ante los estímulos que pueden provocarle ciertos comportamientos agresivos.