¿Cuándo ocurre la sobrealimentación?
Entendemos la sobrealimentación en gatos como el aporte excesivo de alimento o en su lugar, el aporte de dietas con elevada cantidad de calorías. Estas dietas llevan al animal a ganar peso, poniendo en peligro su salud e incrementando la probabilidad del desarrollo de multitud de enfermedades.
La sobrealimentación en gatos puede ocurrir de varias formas, todas ellas a raíz de la acción humana, por lo que es importante entender las necesidades nutricionales de nuestros gatos.
Los factores de riesgo que provocan la sobrealimentación son los siguientes:
Acciones humanas que conllevan a la sobrealimentación
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Cálculo erróneo de las cantidades. Muchas veces, los dueños de los gatos no tienen en cuenta las tablas que indican la cantidad de alimento que debe comer un gato en función de su peso y nivel de energía y/o ejercicio. Estas tablas aparecen en el reverso de los piensos comerciales, y son muy fáciles de interpretar.
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Comida ad libitum. La expresión “ad libitum” significa “a voluntad”, es decir, la disposición de comida durante todo el día sin ningún tipo de restricción, por lo que un gato tiene la posibilidad de comer en cualquier momento para saciar su apetito.
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Premios y golosinas con alto nivel de calorías. Está bien recompensar a nuestro gato en ciertos momentos, pero debemos prestar atención en el tipo de golosinas que estamos dando, ya que suelen ser ricas en grasas y azúcares. Por lo tanto, si todos los días recibe una golosina cuando llegamos a casa (por ejemplo) esa porción energética deberíamos considerarla dentro de su ración de comida diaria.
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Comida casera. Si un gato se alimenta de los restos de comida de los humanos, puede suponer un grave problema para su salud. Esta comida suele ser rica en grasas, sal y otros aportes energéticos como azúcares saturados. Los gatos no metabolizan este alimento de la forma correcta por lo que no tendrá ningún beneficio para su salud y tenderán al depósito de grasa y ganancia de peso.
Factores de riesgo de la sobrealimentación en gatos
Además de la acción humana, cabe destacar que ciertos factores propios de la especie felina, favorecen la sobrealimentación y la obesidad. Algunas de estas características son las siguientes:
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Raza. Existen razas que genéticamente, están más predispuestas a ganar peso que otras. Se han realizado estudios para determinar esta condición, resultando el gato común europeo (gatos mestizos) el más predispuesto.
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Edad. Los gatos adultos, entre los 5 y los 10 años de edad, ya que su metabolismo se ralentiza, tienden a la acumulación de depósitos de grasa.
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Sexo. Algunos estudios determinan que los gatos machos son más predispuestos al sobrepeso.
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Esterilización. Sin duda, una de las principales causas de obesidad. Con la esterilización, se reduce la secreción de ciertas hormonas, además de que suele cambiar el carácter del gato, pasando a ser un animal más tranquilo. Por lo tanto, con la castración, los gatos suben de peso debido a que su metabolismo se ralentiza y el patrón hormonal cambia, favoreciendo la acumulación de grasa.
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Falta de ejercicio. En la naturaleza, un gato buscaría y cazaría a su presa, realizaría un gran trabajo por conseguir comida. Los gatos domésticos tienen una tranquilidad suprema, ya que saben que su plato de comida está siempre a su disposición y no tienen de qué preocuparse. Es fundamental tratar de que nuestro gato haga ejercicio a través del juego, por ejemplo.
Peligros de la sobrealimentación
La sobrealimentación en gatos conlleva multitud de peligros para su salud, ya que la ganancia excesiva de peso, además de una dieta inapropiada, conlleva el desarrollo de enfermedades en el animal. Algunos de estos peligros son los siguientes:
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Obesidad. Es el resultado directo de la sobrealimentación en gatos. La obesidad es el punto de partida para el desarrollo del resto de enfermedades ya que afectará al funcionamiento orgánico del animal, a su movilidad, así como a su capacidad cardiovascular.
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Cojera y dolor articular. Las articulaciones de un gato con sobrepeso, están sometidas a mayor estrés ya que no están preparadas para soportar este exceso de masa corporal.
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Enfermedades de la piel. Si nos encontramos ante un gato obeso, puede que sea incapaz de asearse correctamente, por lo que desarrollará problemas dérmicos como dermatitis y/o alopecia.
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Enfermedades digestivas. La sobrealimentación en gatos suele manifestarse con diarreas crónicas, enfermedad inflamatoria intestinal e incluso, úlceras en la boca.
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Lipidosis hepática. Puede considerarse “la gran temida”. Esta enfermedad ocurre por el almacenamiento excesivo de grasa en el hígado, lo que afecta a su funcionalidad y pone en riesgo la vida del gato.
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Enfermedades urinarias. Los gatos con sobrepeso están más predispuestos a sufrir cistitis (infección de la vejiga) y FLUTD (Enfermedad del tracto urinario inferior).
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Enfermedades cardiovasculares. La falta de ejercicio junto con el sobrepeso, es la combinación perfecta para incidir en el funcionamiento correcto del corazón. La sobrealimentación en gatos predispone a la aparición de trombos en la sangre, a la capacidad de contracción del corazón y a la funcionalidad de las cámaras cardiacas.
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Diabetes Mellitus. Por diversos mecanismos fisiopatológicos, la obesidad reduce la producción de insulina y por lo tanto, el desarrollo de diabetes mellitus adquirida.
Todavía estamos a tiempo
Siempre podemos poner remedio a la sobrealimentación en gatos, adoptando medidas básicas en sus pautas de alimentación y ejercicio. Aunque no se trata de un proceso fácil, con dedicación y constancia, podemos acostumbrar a nuestro gato a disfrutar de una alimentación más saludable y a conseguir que pierda peso de forma gradual.
A continuación, te mostramos algunos trucos para conseguir este objetivo:
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Aportar una ración de comida apropiada para su peso ideal. También buscaremos dietas “light”, con menor cantidad de calorías.
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Si hemos esterilizado a nuestro gato/gata, es recomendable proporcionar un alimento indicado para esta condición.
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Buscar alimentos ricos en fibra para favorecer la sensación de saciedad.
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Favorecer la ingesta de agua. En estos casos suele ser útil la alimentación con comida húmeda (siempre prestando atención a la cantidad de grasa). El artículo Comida para gatos: ¿húmeda o seca? Puede ayudarte a tomar esta decisión.
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Aumentar el número de comidas diarias ya que de esta forma, aunque sea en pequeñas cantidades, nuestro gato saciará su apetito de forma eficiente.
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Tratar de que realice más ejercicio, motivándolo con juegos, rascadores para trepar, etc.
Cabe añadir, que si vas a poner a dieta a tu gato te recomendamos el artículo: Poner a dieta a un gato: cómo conseguirlo con éxito.
Recuerda, la alimentación de nuestro gato es muy importante para el mantenimiento de su salud. Si estamos ante un gato con tendencia al sobrepeso, es fundamental contar con la supervisión de un veterinario, a fin de tener un control y poder estar aconsejado por las mejores manos.
Escrito por: Paula Rodríguez, graduada en Veterinaria y especializada en Medicina Tradicional China y Terapias Naturales.