Mi gato no controla el pis
La incontinencia urinaria es un problema que suele manifestarse en gatos mayores y que resulta muy molesto y sucio para sus dueños. El gato no logra retener la orina por una serie de problemas físicos que le hacen manchar con pequeñas gotas allá por donde pasa. Puede resultar încluso más grave cuando el gato mancha aún estando acostado. En algunos casos, las pérdidas se producen durante su descanso y se pueden ver acompañadas por un poco de sangre.
¿Qué hacer para evitarlo? Lo primero que debemos intentar es comprender el problema y poner las medidas necesarias para paliar la situación, siempre teniendo en cuenta que el gato no tiene culpa de nada. Él es una víctima más del proceso. Desde Wamiz, en esta ocasión hemos tenido la oportunidad de hablar con Juan José López López, cirujano y traumatólogo veterinario de la Clínica Trauvet, que nos ha dado las claves para afrontar esta incómoda patología propia de la edad. “Los pacientes jeriátricos son los que tienen mayor probabilidad de no retener la orina”, nos adelanta.
La incontinencia urinaria felina se produce cuando el esfínter -el músculo que controla la expulsión de la orina de la vejiga-, no tiene la suficiente fuerza como para contener la presión. Por ello, cuando la vejiga supera su nivel de almacenaje, el gato relaja el esfínter y no puede controlar la expulsión de la orina. Evidentemente, los signos que indican que el gato sufre de incontinencia son muy obvios. Verás que el gato va perdiendo orina y que tendrá el pelo mojado en la zona del abdomen bajo o entre las patas traseras. Del mismo modo, encontrarás restos de orina en la zona donde duerme y descansa normalmente.
Del mismo modo, apreciarás que el gato tiene mojado el abdomen y las patas, desprenderá un olor fuerte o presentará un hinchazón en el pene o en la vulva, según el caso.
Aquí es importante descartar que el gato lo esté haciendo de forma voluntaria. No es muy común, pero hay felinos que no orinan en su caja porque no lo han asimilado o porque fueron separados de su madre demasiado pronto sin ser educados (esto normalmente ocurre en gatos cachorros que normalmente no suelen ser incontinentes). Lo hacen también por marcar su territorio o para informar a su dueño de un determinado malestar por problemas urinarios.
El origen de la incontinencia urinaria en gatos
Nuestro experto no considera que haya una causa más frecuente que otra a la hora de propiciarse una incontinencia. Desde su punto de vista, existen hasta ocho posibles patologías asociadas a la misma. "Los gatos normalmente afectados sufren otro tipo de cuadros: cistitis, problemas de cálculos, estrés, gatos castrados -tanto machos como hembras-, gatos seniles, obesos, gatos con problemas neurológicos y que han sufrido alguna fractura en la médula, la cual suele producirse por un traumatismo. De entre todos ellos, no hay ninguna enfermedad que sea más probable que otra", asegura.
Como ya hemos visto, la incontinencia de los gatos está ligada a la senilidad. Con la edad, los órganos del gato van envejeciendo y al animal le cuesta controlar su esfínter. No obstante, no puede asociarse únicamente a la edad. Muchas veces hay detrás otras enfermedades, algún tipo de tumor en la vejiga o una lesión en la columna que afecte a su sistema nervioso. Determinar el motivo que provoca la incontinencia resulta a veces complicado pues se trata de un síntoma común de distintas afecciones, condiciones y enfermedades.
Si el felino tiene un problema en la vejiga y pierde orina a causa de una patología local o general, lo más normal es que la incontinencia se resuelva cuando el animal se recupere. Sin embargo, hay enfermedades crónicas en que lo único que se puede hacer es paliar estos efectos, ya sea facilitándole el acceso a su arena o poniéndole pañales absorbentes en su cama, siempre vigilando que su piel tenga el mínimo contacto con la orina. “El veterinario observará cuál es el problema que causa la incontinencia y la tratará dependiendo de cuál sea", nos comenta Juan José López:
Cistitis
Es una de las causas más comunes de la incontinencia felina. Puede estar provocada por una inflamación, una infección, cálculos o tumores. De todos estos casos, lo más complicado es cuando se da el último de ellos. Si el gato tieme un tumor, el almacenaje de la orina siempre será menor y esto provocará las pérdidas. La cistitis provoca una urgencia por orinar que el animal no puede satisfacer debido a las molestias propias de la enfermedad. "Para la cistitis normalmente se aplica un tratamiento con antiinflamatorios". Si es una infección, se receta antibiótico o el medicamento correspondiente. Una toma regular de antibióticos elimina posibles infecciones urinarias y también sirven para controlar otras enfermedades que causan la incontinencia.
Senilidad
Suele darse en gatos ya adultos mayores de 10 años. La incontinencia puede ser simplemente un signo de vejez, al no encontrarse los tejidos tan fuertes para controlar los esfínteres. "Si el problema es jeriátrico, el veterinario realizará un reconocimiento general del animal y aconsejará tener paciencia porque estamos ante una patología propia de la edad". Existe una nueva terapia que consiste en aplicar inyecciones de colágeno para fortalecer los músculos que controlan la uretra, pero solo se utiliza en contados casos.
Estrés
Los trastornos emocionales por un cambio de ambiente, ya sea por una mudanza o por la llegada de un nuevo integrante a la familia, también afecta a los gatos. Si se detecta que el problema es emocional, se le debe dar más dedicación y tiempo. El gato está llamando la atención por algo. "El estrés es un síntoma muy habitual. Normalmente ocurre cuando hay un cambio drástico en la casa, ya sea un cambio de muebles o una mudanza, la llegada de un niño al hogar, una separación... el gato puede notarlo y el dueño tiene que tener esto muy en cuenta y ser paciente con su mascota". Si la incontinencia persiste, hay que buscar ayudar profesional.
Cálculos renales
Son pequeñas piedras que se forman con los minerales y que obstruyen la uretra o producen una inflamación de la vejiga. La salida de la orina se ve parcialmente taponada y por eso comienza a gotear. "Si son cálculos, la opción preferente es cambiar la dieta y eliminar los cálculos mediante cirugía", nos explica López López. Es un problema que normalmente tiene su origen en una mala alimentación. Para subsanarlo, es crucial elegir un pienso que previene dicho problema, pero es necesario escoger el pienso adecuado que se adapte mejor al cálculo del gato. Ocurre lo mismo que cuando el gato presenta un problema de sobrepeso, a los que se recomienda una dieta baja en grasas. Es difícil cambiar sus hábitos alimenticios, pero lo ayudará a tener una vida más saludable e higiénica.
Esterilización
El proceso suprime una serie de hormonas en el animal. La ausencia de éstas puede provocar como efecto secundario la incontinencia debido a la supresión de estrógenos y testosterona. Afecta tanto a hembras como a machos. El felino puede perder el control sobre su orina y se combate con complementos hormonales. "Si es por castración, lo cual es muy común, se aplica un tratamiento hormonal durante un tiempo para combatir esa eliminación de hormonas por la esterilización".
Traumatismos medulares
Traumas en la cadera, la columna o la pelvis. Los golpes sufridos en algún accidente pueden afectar al control de la orina por un fallo en su sistema nervioso. "Es un caso que se da mucho. El gato sufre un traumatismo y poco después comienza a mostrar signos de incontinencia. Ocurre porque tiene dañada la médula y sufre problemas en su sistema nervioso, muchos de los cuales se reflejan en la incontinencia urinaria".
Tumor en la vejiga
El tumor le genera una presión constante y le produce unas ganas interminables de orinar. Normalmente habrá que recurrir a la cirugía y continuar con el tratamiento que más convenga.
Deformación congénita de la vejiga
Ocurre cuando la vejiga o la uretra no están posicionadas donde deberían. Es un problema que se observa mayoritariamente durante el primer año de vida del gato y normalmente se queda ahí.
Otras causas
Obesidad, síndrome de la vejiga hiperactiva, problema neurológicos, leucemia felina, diabetes...
La efectividad de los tratamientos contra la incontinencia
En la mayoría de los casos, los tratamientos de la incontinencia urinaria en gatos son bastante efectivos, aunque debes saber que llevan su tiempo y hay que tener paciencia. En una minoría de casos, los gatos pueden no responder bien a los tratamientos; entonces hay que recurrir a un catéter que tendrá que llevar de por vida para ir drenando la orina, aunque solo ocurre en los casos más graves.
El tratamiento a seguir está directamente relacionado con la causa que origina el problema. Lo más normal es solucionar el contratiempo. De hecho, en la mayoría de los casos se obtienen buenos resultados, pero aquí es vital no dejar pasar demasiado tiempo antes de pedir ayuda. Cuando se detecta que hay cambios en la micción del gato, no lo dudes, debes visitar a un veterinario. Importante: no reproches ni castigues a tu gato, él no puede controlar la situación y también se siente molesto e incómodo con este problema. Al contrario, estos problemas hay que afrontarlos con mucha comprensión, paciencia y cariño.
En cuanto a la prevención, lo sentimos, no existen medidas preventivas para la incontinencia urinaria felina; simplemente se trata de estar atentos a su salud. Ante un síntoma inusual, hay que armarse de paciencia, recurrir a un profesional y tomar ciertas precauciones en casa. El profesional le realizará un examen físico completo con pruebas de orina y sangre, radiografías, ecografías y los estudios necesarios, dependiendo del caso, para determinar con exactitud la causa. "Debemos tener paciencia y aplicar un poco la lógica: poner más areneros en casa y esperar que el tratamiento surta efecto. Si el problema es crónico debemos poner empapadores y lavar mucho al gato para que tenga mucha higiene y la orina no le produzca otros problemas”, finaliza Juan José López.