Según cuenta Krysten Harper en su cuenta de Instagram (@littlebuddythedm), cuando decidió adoptar a su primer perro tenía muy claro que este debía ser especial.
Sin embargo, la apreciación de la mujer no se refería a un ejemplar de raza con rasgos perfectos y pedigree. Ella quería cuidar de un perro que necesitase ayuda.
El perro 'perfecto'
Siguiendo las apreciaciones de Krysten, su hermana consiguió encontrarle el compañero adecuado: un pastor australiano que necesitaba ayuda tras ser víctima de la codicia de sus propietarios.
El perro, que respondía al nombre de Buddy, era sordo y ciego. Condiciones físicas que ocurrieron debido, a tenor del testimonio de Krysten, a la ambición de sus cuidadores, propietarios de un criadero de esta raza.
Los criadores de Buddy querían conseguir el ejemplar perfecto color merle de pastor australiano, y para ello arriesgaron la salud de varios de sus perros.
Doble merle
El gen merle crea parches moteados de color en un manto de color sólido o picazo, azul o heterocrómico, pudiendo afectar también al pigmento de la piel. Además los perros con este pelaje suelen tener los ojos azules o heterocromía (un ojo de cada color), lo que aumenta su singularidad. Sin embargo, el cruce de dos perros con el gen merle, que se llama doble merle, en algunas razas de perro presenta problemas de vista y audición.
Eso fue exactamente lo que le ocurrió a Buddy. El pastor australiano nació sordo y ciego, y por si eso fuera poco, el can desarrolló artritis y atrofia muscular por haber permanecido en espacios reducidos durante casi dos años y medio.
"Los comienzos no fueron fáciles. El pequeño Buddy estaba enfermo y tenía problemas de confianza en sí mismo, en los humanos y en el entorno. Dormía en rincones y se metía en espacios reducidos donde se sentía seguro. Él lloraba, yo lloraba por él", lamentó Krysten en The Animal Rescue Site.
El tiempo lo cura todo
Afortunadamente, Little Buddy (como lo llama cariñosamente su humana) se volvió más y más sociable con el paso del tiempo.
Un hecho que marcó el futuro de este tándem tan especial. Cuando Krysten se mudó de casa, sintió que estaba preparada para ayudar a otro perro.
Justo en ese instante, la mujer encontró a Aster Rose, un cachorro que se parecía mucho a Buddy. El perro también estaba sordo y ciego, le había pasado lo mismo que a su congénere. Era víctima de un criador irresponsable.
Nada más ver a Aster Rose, Krysten la llevó al veterinario porque su estado de salud pendía de un hilo. Por suerte, el doctor le salvó la vida.
Familia feliz
"Existe el mito de que los perros ciegos y sordos no pueden tener una buena vida y la gente siente pena por ellos. Lo entiendo hasta cierto punto, pero después de haber convivido con perros ciegos y sordos durante tres años, sé que pueden llevar una vida increíble", afirma Krysten en muchas de sus publicaciones de su cuenta de Instagram.
Ahora Aster, Little Buddy, Krysten y sus dos gatos, Teddy y Goose, son una gran familia que vive feliz en Alabama.
Desde el primer momento, Aster y Buddy se han encariñado el uno con el otro y presumen de una amistad de película. Y todo gracias a su cuidadora que en ningún momento dudó en el poder del amor y los cuidados. Ambos son capaces de hacer maravillas con los seres más necesitados del planeta.
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