Causas de artrosis en el perro
Como hemos mencionado ya, la artrosis se define como una enfermedad degenerativa articular (normalmente de curso crónico) que afecta directamente al cartílago de la articulación, desgastando finalmente la superficie de los huesos.
El gran problema reside en que se trata de una enfermedad irreversible, por lo que el cartílago perdido y los cambios de las superficies óseas, serán irremplazables. Pese a que se trata de una enfermedad irreversible sí que podemos retrasar el desarrollo del proceso y proporcionar calidad de vida al animal.
La artrosis se puede clasificar en dos tipos diferentes:
-
La artrosis primaria es debida al transcurso del tiempo, con la edad las articulaciones van sufriendo un desgaste y pueden verse afectadas varias articulaciones a la vez. Es frecuente localizarlas en rodillas, tarsos, carpos, e incluso, en la columna vertebral.
-
La artrosis secundaria aparece después de una mala alineación de los huesos dentro de la articulación, lo que provoca un desgaste temprano del cartílago, el cual resulta irrecuperable. Este tipo de artrosis aparece tras una fractura, un mal desarrollo tras el nacimiento (por ejemplo, osteocondrosis disecans, OCD, en cachorros) y es muy frecuente que aparezca a partir de la displasia de cadera o la displasia de codo.
No existe una causa específica para el desarrollo de artrosis en perros, pero sí factores que predisponen a su aparición.
Los principales factores que pueden favorecer su aparición son:
-
Genética. Algunas razas están más predispuestas a padecer artrosis que otras. Este es el caso del Labrador o el Pastor Alemán. También las razas llamadas “condrodistróficas” como Bulldog francés, Bulldog inglés o Teckel.
-
Obesidad. El sobrepeso afecta directamente a la aparición de artrosis en el perro, ya que expone a las articulaciones a soportar un peso extra para el que no están preparadas.
-
Edad. El paso del tiempo hace que las articulaciones se desgasten, por lo que será habitual encontrar artrosis de forma más frecuente en perros adultos-ancianos. Algunos estudios indican que la enfermedad comienza a aparecer a partir de los 7 u 8 años (siempre con variaciones individuales).
-
Exceso de actividad. También, una vida excesivamente activa cuando son jóvenes, donde fuerzan sus articulaciones en exceso, puede tener sus repercusiones en la edad adulta-vejez, o manifestar síntomas de artrosis a una edad temprana. Por ejemplo en casos de perros de trabajo, asistencia, perros policías, etc.
Síntomas de artrosis en un perro
Los síntomas de que un perro sufre artrosis aparecen de forma progresiva y al principio pasar casi desapercibidos pues pueden ser cambios muy sutiles.
Debemos recordar que la artrosis puede darse en distintas articulaciones a la vez, por lo que muchas veces es difícil concretar la zona en la que reside el problema.
En la siguiente lista describimos los signos más frecuentes de artrosis en perro:
-
El perro evita subir escaleras, correr o jugar.
-
Su movilidad se reduce. Parece que le cuesta levantarse de la cama, acostarse e incluso caminar. Durante los paseos, disminuye el ritmo y avanza más lento que antes.
-
Muestra rigidez y su caminar es distinto (menos fluido y armónico). El arco articular de movimiento (RAM) está disminuido. Si acudimos a un veterinario, él podrá valorarlo con la ayuda de un goniómetro.
-
Cojea de una o varias extremidades. Sobre todo en frío.
-
Muestra dolor. Algunos se quejan con llanto o quejido cuando son manipulados, en cambio, otros son más sutiles y el dolor lo pueden demostrar lamiéndose la zona que les duele, por ejemplo.
-
Inactividad o letargia. El perro comienza a dormir más que antes y rechaza moverse. Está inactivo, incluso parece triste.
Para un diagnóstico completo, será necesaria la realización de un examen físico completo por parte de un veterinario que le realizará pruebas complementarias como estudio radiológico, ecografía, e incluso, analíticas sanguíneas.
Tratamiento de la artrosis en el perro
Como ya hemos comentado anteriormente, al tratarse de una enfermedad degenerativa, crónica e irreversible, no existe una cura definitiva, pero sí podemos frenar y/o ralentizar su desarrollo utilizando tratamientos paliativos.
Para ello, lo más importante será controlar el dolor, mejorar la movilidad y mejorar su calidad de vida. Veamos cómo podemos hacerlo:
1. Controlar el dolor
Por lo general, la artrosis en perros provoca dolor y es por esta razón por la que rechazan moverse. En la terapia podemos incluir fármacos destinados al control de la inflamación y dolor, como los AINE’s, ya que tienen muy buenos resultados en el tratamiento de problemas ortopédicos.
También podemos administrar condroprotectores para favorecer la salud de las articulaciones. Además de nutrir al cartílago, ralentizan el desgaste del mismo y participan en el control del dolor.
Para más información sobre estos productos, te recomendamos echar un vistazo al artículo: Condroprotectores para perros: cómo pueden ayudar a tu amigo donde hablamos de ellos en detalle.
Aunque hablaremos más adelante, una forma excepcional de controlar el dolor sin recurrir a tratamientos químicos y/o invasivos, es integrar la fisioterapia en el plan terapéutico. Lo mejor es que te aconseje un veterinario sobre qué terapia puede ser la más indicada para tu perro, entre ellas puede estar la Hidroterapia para perros: beneficios inigualables para tu amigo.
2. Control de peso
La obesidad resulta un problema añadido que agrava el cuadro de artrosis en el perro, además de predisponer al desarrollo de muchos otros problemas. Es muy importante mantener un control del peso de nuestro amigo para disminuir su dolor, favorecer su movilidad y alargar su esperanza de vida. Además, no solo es importante cuando un perro ya está afectado de artrosis, sino que un control dietético durante toda su vida servirá de preventivo para la enfermedad.
3. Fisioterapia y Rehabilitación
La fisioterapia ayudará a recuperar la movilidad de nuestro amigo, disminuir la rigidez de las extremidades, reducir el dolor y recuperar la masa muscular que se haya podido perder durante el proceso de la artrosis. Además, permitirá reducir la cantidad de medicación al combinar ambas terapias. Actualmente existen profesionales muy bien preparados, y con numerosas terapias a su alcance, indicadas para tratar la artrosis en perros. Si buscamos que nuestro amigo peludo se encuentre mejor, es la mejor forma de proporcionarle bienestar y asegurar que tenga calidad de vida. También puedes tomar medidas en casa para que tu perro se encuentre mucho mejor, quizás te ayude el artículo Rehabilitación de perros: cómo ayudarlos en casa.
En conclusión, aunque la artrosis se trata de una enfermedad degenerativa crónica e irreversible, ampliamente distribuida entre los perros de edades avanzadas, no significa que no podamos ayudar en su bienestar. Podemos tomar medidas para que nuestro compañero peludo se sienta mejor y ralenticemos el progreso de la enfermedad.
No olvides que es muy importante acudir de forma periódica a tu veterinario para que examine a tu perro en profundidad y así determine cuál es la mejor forma de actuar en cada caso.