Cooper nació sin cuello en una granja de perros. Varias de sus vértebras se comprimieron y fusionaron mientras estaba en el útero.
Nadie imaginó que este perro podría sobrevivir y crecer. En cambio, hoy en día, el foxhound americano no parece pasar malos momentos por su condición.
La historia del perro sin cuello
Cooper fue rescatado en 2017 cerca de una granja de perros a la edad de dos meses por oficiales de control de animales en Halifax, Virginia. Después de eso, lo llevaron a la Asociación Secondhand Hounds de Minnetonka, que se especializa en rescatar animales discapacitados.
Se cree que Cooper fue abandonado cuando se consideró no apto para la venta debido a su mala salud: desafortunadamente, el pobre cachorro tiene dificultades para defecar y caminar durante largos períodos.
Los voluntarios del lugar sabían que Cooper era lo suficientemente desafiante, pero no se rindieron.
Después de tratarlo por ácaros del oído, gusanos y una hernia, el perro se sometió a una cirugía para permitirle hacer sus necesidades adecuadamente.
Posteriormente, este perro especial estaba listo para ser adoptado.
La nueva familia de Cooper
Al principio, el pequeño perro fue adoptado por una familia con gatos, lo que resultó ser incompatible con Cooper. Afortunadamente, el animal encontró la familia adecuada para él.
Elly y Andy Keegan, que ya tienen otros tres perros, adoptaron al perro sin cuello.
A pesar de sus luchas diarias, Cooper es un perro muy feliz. Él es la prueba viviente de que los perros discapacitados tienen mucho amor para dar y son excelentes mascotas.
Cooper es un perro especial y es muy protector con sus humanos. Aunque a veces es un poco terco, como se muestra en este video.
Noticias relacionadas: