El suceso tuvo lugar en las oficinas postales de la ciudad de Jalisco. Durante un control rutinario, un perro policía empezó a olfatear insistentemente uno de los paquetes del almacén.
Comprendiendo inmediatamente que se trataba de algo extraño, un agente de la policía federal decidió apartar el paquete y analizarlo con tranquilidad.
Pero, justo cuando iba a abrirlo, oyó ruidos provenientes de su interior. Enseguida, cortó la cinta adhesiva que cerraba la superficie y abrió la caja.
Nunca se habría imaginado encontrar un cachorro de tigre de Bengala medio dormido y tumbado sobre unos trozos de periódico.
Un envío ilegal
El animal, de unos dos meses de edad, había sido escondido en la caja de plástico tras haber sido sedado para que no hiciera ruido.
El animal, en peligro de extinción, debía ser transportado desde Jalisco hasta la ciudad de Querétaro, a más de 500 kilómetros. En resumen, el trayecto podría haber acabado con la vida del animal.
Una investigación en curso
El cachorro fue sacado de la caja y trasladado a un centro especializado. Estaba ligeramente por debajo de su peso y muy deshidratado, pero, afortunadamente, en buen estado de salud.
Tras el suceso, los agentes de la policía federal mexicanos iniciaron una investigación para descubrir a los responsables.
La ingenuidad de la acción cometida sugirió a los agentes que no se trataba de un acto de delincuencia organizada, sino de un caso de venta ilegal de animales.