Cuando Miss Honey y su cachorra llegaron a la Kentucky Humane Society, los trabajadores se dieron cuenta de que eran inseparables.
Como contaron al sitio web The Dodo, la madre quiere tanto a su cría que no quiso separarse de ella cuando los trabajadores intentaron curarle una herida a la pequeña.
Son inseparables
"Mientras nuestro equipo veterinario limpiaba y vendaba las heridas en las patas de Matilda, escuchamos los desgarradores llantos de Miss Honey al final del pasillo", cuenta Jennifer Harris, coordinadora de relaciones públicas de la Kentucky Humane Society.
Enseguida, los trabajadores se apresuraron a consolarla y a llevarla con su hija. De principio a fin, Miss Honey estuvo presente durante los cuidados que se le prodigaron a su cachorro.

La víspera de la operación de Matilda, su mamá tampoco se separó de ella ni un segundo.
Como era imposible separarlas, los trabajadores decidieron llevarlas a la misma casa de acogida para evitarles más ansiedad: "Matilda adora acurrucarse bajo la barbilla de su mamá para echar la siesta, y Miss Honey siempre busca mimos para relajarse. ¡Su complicidad es, como mínimo, reconfortante!".
Ahora, bajo el cuidado de su madre de acogida, Miss Honey está ganando peso y Matilda está aprendiendo a moverse con tres patas. Y, lo más importante, ambas están aprendiendo a vivir plenamente en presencia de humanos.