Convertirse en familia de acogida de un perro (o de un gato) es, en la mayoría de los casos, una decisión fundamental para salvar la vida de decenas de animales en apuros.
Según los voluntarios de la protectora sevillana Arca de Noe, tener una casa de acogida disponible en determinados momentos es la opción que determinará que un animal viva o muera en la calle.
Este podría ser el lado más crudo de la desinteresada acción, pero esta también cuenta con una cara buena: ''ser familia de acogida es tener un amigo en tu hogar, cuidarlo, darle cariño y confianza hasta que encuentre un hogar definitivo''.
¿Qué significa ser familia de acogida?
En definitiva, ser familia de acogida es darle al perro o al gato la oportunidad de salvarse en una situación delicada. Muchos animales necesitan de una mano amiga para sobrevivir ya que algunos no aceptan vivir encerrados en un chenil (debido a su edad, sus traumas, su carácter, sus problemas de salud...) mientras que, en otras ocasiones, las protectoras ya no tienen sitio para acoger a ninguna mascota más y buscan de manera desesperada una familia que se ocupe de ellos.
¿Qué implica ser casa de acogida?
Los voluntarios de la protectora Zarpas y Colmillos de Madrid aseguran que este gesto implica darle un techo provisional al animal hasta que encuentre un adoptante definitivo.
¿Por qué son necesarias las casas de acogida?
Las asociaciones protectoras de animales consultadas para realizar este artículo se han puesto de acuerdo para subrayar que un refugio, a pesar de los profesionales y amantes de los animales que trabajan a diario en sus instalaciones, no es el lugar idóneo para ningún animal. Y subrayan que menos aún para ''determinados tipos de mascotas'':
Voluntarios y veterinarios coinciden que las mascotas incluídas en la lista necesitan muchos cuidados y atenciones para salir adelante; de lo contrario; su estado de salud empeoraría y podrían morir en la soledad de un frío chenil.
¿Quién cubre los gastos del animal?
Muchas veces, siempre siguiendo el testimonio de algunas protectoras españolas, a la gente le cuesta dar el paso de ser casa de acogida por una razón meramente económica. Esas personas deben saber que la asociación será la encargada de cubrir los gastos del animal (aunque esto no exime de que ocurran excepciones en determinadas situaciones).
En la mayoría de los casos, la protectora corre con los siguientes gastos:
- Veterinarios.
- Comida.
- Collar o arnés.
- Correa.
- Arena.
Aunque toda ayuda siempre es bienvenida, y muchas familia de acogida pagan la comida y/o o los accesorios que el animal necesita.
¿Cómo ser familia de acogida para perros?
Ser familia de acogida de un perro (o de un gato) es un trámite muy sencillo. Basta con estar ilusionado, ser responsable y consciente de lo que supone convivir con un animal y colaborar con la protectora en todo lo necesario.
Si estás interesado/a en ayudar a un perro en apuros solo tienes que:
- Acudir a la asociación o refugio elegido, o hacerlo a través de su página web. Aquí tienes un ejemplo ?
- Hacerles saber que quieres ser casa de acogida.
- Proporcionar toda la información que te pidan: nombre, DNI, dirección, número de teléfono... o rellenar un formulario (en papel o de forma online).
- Esperar a que un animal, acorde con tu ritmo de vida y espacio, te necesite.
- Y estar dispuesto/a a darle todo lo necesario para hacerlo feliz.
¿Cuáles son mis responsabilidades como casa de acogida?
- Comprometerte a cuidar al perro o gato.
- Llevarlo a las revisiones veterinarias estipuladas.
- Ayudarlo durante su recuperación siguiendo siempre las pautas de los expertos.
- Proporcionale un hogar.
- Darle cariño.
- Jugar con él.
- Hacerle sentir especial.
- Ser paciente y tener ganas de ayudar a un ser que realmente te necesita.
- Tratarlo como a un miembro más de la familia. ?
¿Estás listo/a para ayudar a ese perro necesitado? Pincha en este enlace y ¡hazte familia de acogida! ¡No te arrepentirás!
¿Qué pasa si me encariño con el perro que tengo en acogida?
Muchas protectoras tienen una política que aborda esta cuestión y que deja clara la prioridad que tienen las familias de acogida a la hora de la adopción.
Por ejemplo, si alguien está interesado en adoptar al animal que tú tienes en acogida, los voluntarios te preguntarán primero a ti. En caso de que te resulte imposible separarte del perro, te darán la opción de adoptarlo.
Si por el contrario quieres dejarlo ir y estás preparado para entregárselo a otras personas (las que le darán un hogar definitivo), podrás seguir ejerciendo tu papel de familia de acogida con otro animal que lo necesite.