Michelle Hennessey quería darle de comer rápidamente a sus loros antes de irse al trabajo, así que salió del vehículo, dejando la puerta del coche abierta.
Ni ella ni sus vecinos estaban en casa, ¿qué podría pasar...?
Un intruso en su coche
Minutos después, la mujer volvió a subir al coche, lista para partir, cuando notó que se le había caído comida en el asfalto, de modo que bajó de nuevo para recogerla.
Sentada tranquilamente en el asiento trasero de su coche se encontraba Molly, la perrita de los vecinos.
De viaje juntas
Molly y Michelle son buenas amigas desde hace tiempo y la perra sabe que siempre puede acudir a Michelle para unos cuantos mimos.
De hecho, Michelle está segura de que al animal no le habría importado hacer una pequeña excursión con ella: por eso mismo se había subido al coche, lista para acompañar a su amiga donde fuese necesario.
Para gran decepción de Molly, Michelle la dejó en el jardín antes de ponerse en marcha para ir a trabajar.
