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Una gata tricolor microchip

Una gata tricolor: lo que revela su microchip.

© saveokotoks / Instagram

Un gato es llevado al refugio: el personal no está preparado para la verdad que revela su microchip

Por Luis Piqueras Ferriz Redactor | Traductor

Publicado el

En el refugio, nadie estaba preparado para lo que descubrirían sobre el pasado de este felino callejero.

Cuando una vecina de Okotoks, en Canadá, encontró una gata exhausta al borde de la carretera, pensó que estaba poniendo a salvo a una pobre gata callejera. 

La entregó entonces al refugio SAVE, sin imaginar que la historia del animal iba a conmocionar a todo el equipo. 

La gata, mayor y en muy mal estado, parecía abandonada a su suerte desde hacía mucho tiempo. Los voluntarios procedieron inmediatamente a examinarla, sin sospechar que el simple escaneo de su microchip iba a hacer resurgir su pasado, olvidado desde hacía casi una década.

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El microchip lo cambia todo 

Cuando el personal verificó el microchip del animal, descubrieron que no estaba registrado. 

Sin embargo, SAVE consiguió rastrear su origen hasta la Calgary Humane Society, que localizó los datos de contacto de la propietaria. Los equipos supieron entonces su nombre: Katherine

Y, sobre todo, un detalle que conmovió a todos: la gata llevaba desaparecida desde hacía ocho años.

Según SAVE, la gata había sobrevivido en el exterior durante un largo período, gracias a la ayuda puntual de transeúntes y a sus propios instintos. A pesar del cansancio y la delgadez, se mostró tranquila, dulce y necesitada de cariño.

Cuando la llamaron por teléfono, su propietaria se dirigió inmediatamente al refugio. 

Katherine reconoció a enseguida a su humana por el sonido de su voz y se precipitó hacia ella.

Regreso a casa tras ocho años de ausencia 

El vídeo de este reencuentro, publicado en Instagram por SAVE, supera las 290.000 visualizaciones. 

En él se ve a la propietaria exclamar un "sabía que no habías muerto" lleno de emoción al reencontrarse con su querida gata.

Cuando desapareció, la familia acababa de adoptar dos gatitos jóvenes. Katherine empezó entonces a pasar más tiempo fuera de casa antes de desaparecer sin dejar rastro. 

Carteles, búsquedas, llamadas a los vecinos... en vano. Con el paso de los meses, la mujer acabó por resignarse. 

Hoy, Katherine ya está de vuelta en casa. Descansa, se alimenta bien y vuelve a sus rutinas, como si esos ocho años nunca hubieran pasado. 

Para los voluntarios, su historia es un recordatorio de lo importante que es el microchip y, sobre todo, mantener los datos de contacto siempre actualizados.

Traducido desde Wamiz FR
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