En 2018, un incendio arrasó la casa de Taka, de raza shiba inu, atrapándolo bajo un porche rodeado de una mosquitera.
Sus propietarios intentaron rescatarlo, pero no pudieron sacarlo a tiempo y se vieron obligados a dejarlo atrás.
Sin embargo, el destino del perro dio un giro inesperado: pocos minutos después, Taka logró liberarse y huir de las llamas. Un vecino lo encontró y lo llevó al Care More Animal Hospital, en Georgia, donde comenzó su tratamiento.
Quemaduras graves
Taka llegó al hospital veterinario con quemaduras en ojos, boca y orejas, y de inmediato fue atendido por los veterinarios, que al principio no estaban seguros de si sobreviviría.
El animal fue trasladado a otra clínica, donde estuvo conectado al oxígeno para respirar durante el traslado.
Emily se aseguró de que Taka estuviera lo más cómodo posible, llevándoselo incluso a casa los fines de semana y acurrucándose con él mientras dormía.
Un nuevo comienzo para Taka
Emily contactó con los propietarios de Taka para informarles sobre su evolución. Ellos decidieron que ya no podían hacerse cargo del perro y lo dejaron bajo el cuidado del hospital.
Tres años después, Taka consiguió encontrar un hogar definitivo.