Anna Neary, una mujer de 46 años residente en Bradford, Reino Unido, siempre estará profundamente agradecida a su perro. No pestañea al afirmar: "gracias a él siguo viva!".
La historia que compartió en un grupo de Facebook llamado Labrador Owners UK ha emocionado a toda la comunidad.
Obsesionado con su pecho
En 2018, Anna notó que su perro, de raza labrador, golpeaba repetidamente su pecho con el hocico o la pata y luego se acostaba sobre él. "Me olfateaba como si hubiera perdido algo dentro de mí", contó la mujer al tabloide británico Daily Star.
Le hizo sospechar
Al principio, Anna no pensó en ello, pero después de seis semanas, el comportamiento de su perro le pareció extraño. Cuando sintió su seno, Anna se sorprendió: ¡notó un bulto!
La británica acudió de inmediatamente a su médico, quien la envió a un centro especializado en cáncer. Poco tiempo después, recibió el impactante diagnóstico: tenía cáncer de mama de tercer grado y ya se había extendido a los ganglios linfáticos.
Ahora, tres años después, el diagnóstico ha cambiado. El cáncer de Anna está en remisión. Todo lo que tiene que hacer es hacerse una mamografía para que le revisen los senos todos los años, como explicó al Daily Star. Sin embargo, lo que la mujer ha grabado en su corazón es:
El leal amigo de cuatro patas no solo hizo que su cuidadora se diera cuenta del cáncer que amenazaba su vida, sino que tampoco se apartó de su lado durante todo el tratamiento.